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362 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA y, además, por ser la ciudad de Caracas el lugar obligado don- de debían llegar los religiosos enviados de España, pues los na- víos de entonces sólo tocaban en Cumaná y La Guaira, de don- de necesariamente tenían que subir a Caracas, que era el punto de partida para los vallesdel Túy, O'rituco, Guárico y Apure, importantes centros de las Misiones; a lo cual se añadía que, cuando algún religioso se enfermaba y necesitaba médico, te- nía que venir a la capital a buscar el remedio de su enferme- dad. Por todas estas razones comprendían los Misioneros que les era indispensable para sus necesidades un convento en la capital. Sin embargo, pasaron ciento veinticinco años sin poderse realizar obra tan necesaria, no obstante que en todo este tiem- po se estuvo trabajando con empeño para llevarla a cabo. Su Majestad el Rey expidió cuatro Reales Cédulas (1), ordenando a los Gobernadores y Capilanes Generales en diferentes épo- cas que facilitaran a los Capuchinos la fundación del Hospicio, para que sirviera de refugio a los ancianos y enfermos que no pudieran regresar a España. También trabajaron los Comisarios Generales y algunos Prefectos de la Misión; pero encontraron siempre grandísimas resistencias, no sólo extrañas, sino de los mismos Misioneros, y aun de varios Prefectos, que creían no les era conveniente tener casa en Caracas, porque les había de ocupar personal, que necesitaban en las Misiones, pues siempre estuvieron es- casos de Misioneros. Referentes a esta fundación se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid muchos documentos inéditos. Aquí sólo nos proponemos hacer una sucinta historia del asunto, valién-, donos de esos mismos manuscritos, pero sin transcribir la ma- yoría, porque todos ellos repiten los mismos conceptos. 2. Pocos años después de haberse establecido los Capu- chinos definitivamente en las Misiones de Los Llanos, el Rvmo. P. Comisario General suplicaba al Excmo. Sr. Capitán General de Caracas, D. Pedro de la Torre, que facilitara la fundación (1) Una de ellas lleva fecha de 1696. (Biblioteca Nacional de Madrid, signatura 3.561, folio 115).