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340 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA salud lo permita, para consuelo de nuestras almas y remedio temporal, pues nos hallamos sin ningún subsidio, en la seguridad de que ni nuestra conducta, ni religioso porte dé motivo de disgusto a Vuestra Señoría Ilustrísima, pues así lo hemos practicado siempre, y lo segui- remos practicando, con la gracia de Nuestro Señor. Caracas, 10 de agosto (le 1771. Fr. Nicolás de Antequera, Juan E. de Ubrique". A esta petición contestó Su Señoría de palabra negando las licencias. Se hospedaron los Misioneros, por acuerdo del Ilustrísi- mo señor Obispo, el Gobernador y el Prefecto de la Misión, en el convento de Nuestro Padre San Francisco, donde fueron atendidos en su enfermedad con toda solicitud (1). Pidieron licencia para celebrar el día del Glorioso Fundador, 4 de oc- tubre, y se les negó de nuevo esta gracia. 6. El señor Solano, que era su decidido protector, fué trasladado a la Presidencia de la Real Audiencia de Santo Do- mingo, y le sustituyó en Caracas el Marqués de la Torre, a quien se dirige con fecha 15 de agosto de 1771 el Reverendisi- mo Comisario General, y después de felicitarle por el feliz viaje, le dice (2) : "Todo mi deseo es yerme libre de la Misión del Orinoco, así lo he representado al Consejo de Indias y espero que Vuestra Señoría me . apoyará. Con tantos como en ella han muerto, las enfermedades que pade- cen esos pobres religiosos, las persecuciones de que han sido objeto, y, sobre todo, el despotismo del señor Centurión, no sólo con nuestros Religiosos, sino también con los Catalanes y todos los religiosos de aquella región, por lo cual los religiosos de esta provincia tienen ho- rror a esa Misión del Alto Orinoco, y no será posible que se preste ninguno a pasar a las Indias hasta que no se les asegure que en manera alguna se les pueda obligar a ir a dicha Misión del Orinoco. Me escribe el P. Berja que murió el P. Prefecto de esta Misión, An- drés de Cádiz, y que él está enfermo de calenturas, y que piensa pa- sar a La Guayra para embarcarse y venir a España; como este Padre es paisano y condiscípulo de don Manuel Centurión, me temo que ven- (1) Biblioteca Nacional de Madrid, signatura 3.648, (2) Idem, idem. .

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