BCCCAP00000000000000000000503

MISJON DEL ALTO ORINOCO Y RIO NEGRO—CAPITULO XXV 331 título y fecha escribe al P. Comisario General de las Misiones, Fray Antonio de Irlanda, la siguiente carta (1) "Muy E. P.: Es (le mi obligación informar a V. R. del estado de estas Misiones del Orinoco Alto, y sin faltar a la verdad puedo de- cirle, que en esta ocasión fui profeta, pues preví desde el principio los trabajos que habíamos de sufrir y lo inútil de nuestros sacrificios; y así se lo dije al Capitán General de Caracas, D. José Solano, en el momento de partir con la última expedición; pues, hablando con él del suceso del P. Andrés de Antequera, le dije: "Quiera Dios, General, que el Centurión del Orinoco no haga lo mismo con estos últimos religio- sos", y él me replicó: ",Por qué dice Vuestra Reverencio eso, paisano?" "Porque aquel señor no gusta (le que nos (len a nosotros las Misiones que dejaron los PP. de la Compañía, y tengo el presentimiento de que nos hará sufrir mucho", y así ha sucedido. No obstante, emprendimos el viaje por Los Llanos a Cabruta, y allí nos esperaba un oficial con una embarcación con orden de lle- varnos a todos a San José de Maipures, dejando atrás, como yo había pensado, las Misiones de los PP. Jesuitas. Avisé de esta orden al Capi- tán General, y obedecimos todos por el momento, subiendo a San José a esperar allí nuevas órdenes. El señor Capitán General, luego que recibió mi aviso, mandó una orden al Capitán Teniente Gobernador del Alto Orinoco, D. Manuel Centurión, mandándole que inmediatamente nos entregara los pueblos todos (le los PP. de la Compañía, según lo resolvió el Conde de Aranda, y está mandado por Su Majestad, enviando para ello 14 Misioneros di- rectamente de España, seis de ellos con este destino exclusivo para los seis pueblos referidos (2), y que aprestase barco para que esos seis Padres volvieran a donde habían sido destinados, y que pagase él estos gastos. Y este fué, Reverendísimo Padre, el motivo de pique del señor Centurión con esta Comunidad; yo no podía menos de reclamar dichos pueblos, pues, empezando por Cabruta, son la llave del Alto Orinoco; y nosotros los necesitábamos como base para llegar a los fundados en Río Negro y a las villas de San José (le Maipures, San Fernando de Atabapo y Esmeralda; en estas dos últimas tenían las oficinas los miembros de la Comisión de límites con el Brasil. Puedo decirle con toda verdad, y lo mismo dirán estos religiosos, que nos ha costado más sufrir las tiranías del Teniente Gobernador, (1) Biblioteca N. de Madrid. Sig. 3,649. (2) Estos pueblos fueron los siguientes: Sap Ignacio de Cabru- ta, San Luis Gonzaga de la Encaramada, NG Sra. de La Concepción de Urbana, Ni Sra. de los Angeles de Carichana, San Francisco de Borja y S. Juan Nepoinueeno de El Raudal. (Cuervo, obr. cit. T. III, pág. 196).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz