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• 4 324 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA "Informe de 10 de junio de 1769 del Presidente de las nuevas poblaciones del Alto Orinoco y de Río Negro, al Capi- tán General de Venezuela. "Señor Gobernador y Capitán General, D. José Solano: Fray Joseph Antonio de Jerez de los Caballeros, Predicador, Mi- sionero Capuchino y Prefecto de las nuevas reducciones, que corren desde el Raudal de Maipures en Alto Orinoco hasta el Rl. de San Carlos en Río Negro, con el debido respeto a Vuestra Señoría repre- senta y dice: que su Memorial, puesto en manos de Vuestra Señoría en 17 días de marzo de 1768, manifestó con evidencia los progresos con- seguidos en el descubrimiento de una gran parte de aquellos vastos paises, fundación de pueblos, reducción de Indios, y los muchos que de éstos tuvieron la gloria del santo Bautismo, fruto precioso de tan fatigosas tareas; y que cómo éstas se han continuado, para facilitarlas, y para la subsistencia de aquellos naturales, tropa y españoles con que florecen en aquellos desiertos, no sin la especial divina asistencia en premio de los Reales Católicos deseos. Manifiesta también lo que más afianza la permanencia de estas seguridades, su aumento y extensión del Evangelio; y es la apertura en ancho (le seis varas del camino que corre desde el caño Tuarnini del río Ataba po hasta el de Pirnicliín, que entra en Río Negro, y consistiendo en sólo cuatro horas de camino por tierra, se excusan treinta días de navegación, que se gastan desde las bocas de los ríos Cuaviare y Atabapo, hasta la cabecera del caño Casiquiare, y desde allí al Río Negro. No puede ocultar el exponente que la primera diligencia de tan útil obra se mereció a la exploración que Vuestra Señoría entabló en aquellos paises, descubriendo esta fa- cilidad por medio del Teniente de fragata don Nicolás Guerrero, te- niendo el que representa la sola parte de haberla abierto. Consíguese también por medio tan útil, la facilidad de conducir ganados para subsistir en, aquellos paises, asegurados del pasto por tierra, como ex- cusados de la mortandad que era forzosa en tan larga y penosa nave- gación por Orinoco arriba y Casiquiare, ya por este motivo cortada. Para que por falta de habitantes en aquellos tránsitos no se escaseen algunas de las providencias posibles, y a la vida necesarias, deja funda- dos ya en ellos dos pueblos: San Miguel y San Antonio, cuyos capitanes se nombran Jacobo Yauila, nación Para gene, y Miguel Davipe, de na- ción Guaraeutwia. I'ero estos consuelos, señor, estos motivos, que tanto glorian los ánimos y acaloran los fervores, no dejan (le padecer los de- liquios de un amor sin medios al logro de sus efectos. Es preciso expli- car a Vuestra Señoría el dolor de una soledad amarga, no por las fatigas del que representa, no por los trabajos que pasa, si por ci malogro de tantas almas que se pierden por defecto de ministros evangélicos. Hace siete meses que el exponente se mantuvo, aún sin el sufragio de tener con

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