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MISION DE LOS LLANOS,—CAPITULO XII ' 179 biendo gastado en esta expedición más de dos meses, logró reducir y traer consigo ciento cuarenta indios, de nación Ata- tures, los cuales pobló con los demás de su nación en San Ja- vier. Por 'este tiempo hubo una terrible epidemia o peste en este pueblo, de la que murieron muchos indios de ambos se- xos, y sucedieron muchas cosas prodigiosas (1) de la Divina Providencia, para el cuidado y- asistencia de tantos enfermos y su curación, en un paraje tan destituido de todo humano so- corro corno era entonces aquella región; de todo lo cual se ha dado cuenta auténtica e individual al P. Comisario de las Mi- siones. En este año de 1717, estando el P. Antonio de Castilleja instruyendo y amonestando a un indio Guamo, recién conver- tido, se enfureció éste de tal modo contra el religioso, que lo mató violentamente con una flecha. 7. El año siguiente (de 1718), noticioso el P. Marcelino de San Vicente de una numerosa población de indios Giraj aras que había en la serranía, entre unas 'espesas montañas y sie- rras inaccesibles, salió a ellos, tomando los prácticos y guías que lo habían de conducir a la expresada población, y llevan- do de escolta más de cien hombres, al mando del Capitán D. Martín Gurriola, vizcaíno; anduvieron cerca de mes y medio a pie por aquellas serranías y montañas, con imponderables trabajos y riesgos de despeñarse a cada paso por aquellos em- pinados riscos, por donde se descolgaban con sogas y bejucos del monte, y habiéndoseles huido los indios que llevaban de guías, se vieron obligados a desistir de la empresa, y se volvie- ron todos bici¡ desolados, sin haber logrado el fin de su jor- nada, después de los inmensos trabajos que padecieron. En este propio año de (1718) llegó a estas Misiones el so- corrL. (le nueve religiosos, siete sacerdotes y dos legos, que apenas hubo para surtir los pueblos que estaban sin Misione- (1) Véase Blanco (G); obr. cit. tomo 1. pág. 404.