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170 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Varios pueblos próximos a Caracas debieron fundarse con motivo de esta Real Cédula, entre otros San Antonio, San Diego de los Altos, San Antonio y San Diego de Valen- cia. Los Capuchinos fundaron en la costa a Canoabo y Santa Clara de Choroní. Los PP. Dominicos de Cartcas tomaron también parte activa; estableciéronse en la costa de Río Chico, y fundaron varios de aquellos pueblos, tales como 1-liguerote, Capaya Y otros, llevándose, dice el P. Olivares, algunos de los indios de las Guarenas (1). 14. Otra Real Cédula de la n*isma fecha al propio Capi- "Maestre de Campo y Capitán General, D. Nicolás Eugenio de Ponte y hoyo: Mi Gobernador: En carta de 13 de mayo de 1701, me dais cuenta de quedar enterado en lo que se refiere al reparo de las fortificaciones del puerto de La Guayra, en la medida y forma que se pueda y permitan los pocos medios que hay para ello. Representa, que será muy del servicio de ambas Majestades que se manden agregar los indios de las Misiones de los Capuchinos a los pueblos cercanos a dicho puerto de la Guayra; así porque serán de provecho en cualquiera invasión, por lo diestros que son en el mane- jo de arcos y flechas, como porque se les asegura más, para que vivan políticamente y mantengan la fe, respecto de que no tendrían tan fá- cil la ocasión de huirse a los montes y volverse a sus correrías. Habiéndose visto en mi Consejo de Indias, con lo que sobre ello dijo el Fiscal: como quiera que esta representación viene sin la cla- ridad conveniente para tomar resolución en materia tan importan- te, se ha resuelto ordenaros y mandaros me informeis con toda indi- vidualidad y distinción sobre el modo en que podría disponerse esta traslación de los indios de las Misiones a los pueblos vecinos al puer- to de la Guayra, de manera que fuera voluntario en ellos y nada for- zada la forma que haya de persuadirlos a esta mudanza, y si se eje- cuta sin costo de mi Hacienda, o al menos con poco dispendio. I)ebeis informar sobre la fertilidad del terreno, y si hay comodi- dad para la población y tierras suficientes, a fin de señalarles las que han de menester para su conservación, por lo menos una legua a la redonda. (1) F. Blanco. Documentos paro la Historia, tomo primero, p. 388-436. (2) Biblioteca Nacional de Madrid, signatura 3.561, D. 169.

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