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PROLOGO 15 «tarles este hecho: sin embargo, ningún indicio de desconfian- «za, ninguna cuestión indiscreta, ninguna tentativa de contro- «versia, disminuyó el precio de una hospitalidad ejercida con «tanta lealtad y franqueza». «El Guardián de los Capuchinos, hombre activo e ilustra- «do, ha dado a su provincia (con el cultivo del café') este «nuevo ramo de industria agrícola». «El conuco comunal de Caripe ofrece el aspecto de un «grande y hermoso jardín: los indígenas salen a trabajar todas «las mañanas, desde las seis hasta las diez; los alcaldes y los «alguaciles de raza india vigilan los trabajos. Sólo las primeras «autoridades, cuya elección depende del Superior del Conven- «to, tienen derecho de llevar bastón. Durante todo el tiempo «que pasamos en Caripe y en las otras misiones chaimas vi- mos tratar a los indios con dulzura, y en general las misiones de los Capuchinos Aragoneses nos parecieron gobernadas se- «gún un sistema de orden y de disciplina poco conocido». Ni está demás reproducir aquí este pasaje que hace con- trastar muy bien la perenne mortificación de los frailes, con la resistencia a las molestias harto relativas que en su ex- cursión de sólo diez y ocho días experimentaron Humboldt y sus refinados compañeros: «Las bellezas naturales de aque- tilas montañas nos ocupaban tan vivamente que no pará- «bamos mientes en el embargo que causábamos a los buenos Religiosos que nos daban la hospitalidad: como no habían «podido hacer sino una módica provisión de pan blanco y de «vino, y siendo lo uno y lo otro en aquellas regiones con- «siderado como perteneciente al lujo (le la mesa, caímos por «fin con mucha pena en la cuenta (le que nuestros huéspedes «se privaban de ello. Nuestra ración había disminuido en tres «cuartas partes y, sin embargo, las lluvias terribles nos hicie- «ron diferir aún por dos días la partida. ¡Cuán largo nos pa- «reció este retardo! ¡Cuán sensible nos era el sonido de la «campana del refectorio! Sentíamos vivamente, por los pro- «cederes delicados de los misioneros, cuán diferente era nues- «tra posición de la de aquellos viajeros que se quejan de haber

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