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138 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA y mandó el Ilmo. Sr. Dr. D. Diego Baños y Sotomayor, Obispo de Ve- nezuela y Caracas, del Real Consejo de Su Majestad, Predicador y ca- pellán de la Real Corona y lo confirmó en el Buen Retiro del Valle., jurisdicción de la ciudad de Caracas, a siete de enero de 1693. —Die- go, Obispo de Caracas.—Ante mi, Félix de Acuña, Notario-Secreta- rio,,. "Concuerda con el original en la parte que se ha podido inter- pretar, por estar mal parado y faltarle a lo último una linea o dos. ..; el que está bien y fielmente corregido y concertado. El dicho origi- nal queda por ahora en el Archivo (le la Iglesia, a que me remito. 1 para los efectos que convenga de mandato de Su Señoría Iltma., el Obispo mi Señor, doy el presente con cuatro hojas útiles que firmo y signo en este pueblo de San Diego y Sabana de Ocumare a 27 de No- viembre de 1792 en testimonio de verdad, cura Notario de Santa Vi- -sita,—Francisco Fernández". En el presente documento se afirma que el Capuchino, Manuel de Alesón, fué nombrado por el Ilmo. Sr. Obispo pri- iner Cura capellán de la Iglesia erigida en el Valle de Suata, y encargado de construir la capilla a costa de los vecinos y hacendados que habían hecho la súplica; él parece que fué también el alma de toda esta gestión, pues era el único en- cargado de los pueblecitos que existían entonces en el Valle del Túy, que eran Santa Rosa de Charayave y Tácata. El pri- mero fué fundado dos veces; la primera en 1681 por el P. Ci- rilo de Onteniente, y Ja segunda por el Padre Salvador de Cá- diz en 1735. El haber puesto a este pueblo el nombre de San Diego indica que su origen es franciscano, y más, si se tiene en cuenta, que por aquel entonces fué elevado a los altares este esclarecido hijo de la Orden franciscana. Con la recomendación de los párrocos y el decidido apo- yo del Ilustrísimo señor Obispo, continuó el P. Alesón traba- jando en las Misiones de los alrededores de Caracas, a pesar del empeño del P. Ildefonso de Zaragoza para que regresara a España; es casi cierto que su labor fué fecunda en frutos espirituales, debido a su carácter activo y bondadoso; en es- te tiempo que estuvo en Caracas y valles del Túy debió fundar también con los indios semisalvajes, que mero- deaban los alrededores de la capital, y con negros y mestizos, el pueblo de San Antonio de los Altos.

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