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AL LECTOR 9 Como comprenderá el lector, el estilo de la obra tiene que ser desigual, pues son casi tantos los autores de los escritos, cuantos son los documentos que nos proponernos publicar. No es nuestro ánimo escribir la historia detallada de las Misiones en Venezuela, sino acumular documentos, datos y noticias, para que otro más acucioso las complete, y publique una reseña completa de tan magna obra. Nos proponemos, además, correr algún tanto el velo que nos oculta el pasado, para que la generación actual pueda con- templar los ingentes sacrificios, que los Misioneros se han un- puesto para crear esta Nación Venezolana, evangelizada toda por los Misioneros Franciscanos Capuchinos. Nos es grato garantizar al lector la autenticidad de los documentos que hemos podido encontrar. En cuanto a las fe- chas, los mismos documentos no están siempre de acuerdo, pero no es difícil concordarlos, si se tiene en cuenta que mu- chas poblaciones, por ejemplo Cumaná, han sido varias veces reedificadas en distintas fechas y por diversos conquistado- res: por consiguiente tiene que haber en los documentos dis- paridad en las fechas, según la época a que se refieren. Lo mismo ha sucedido en los pueblos de Misión: muchos han sido cambiados dos y tres veces, por razón del clima, falta de agua e inconstancia de los indios, apareciendo en las me- morias distintas fechas y distintos fundadores. Otras veces ha sucedido que se acordó la fundación de una villa y aún se expidió la Real Cédula correspondiente y, sin embargo, la población no se hizo sino muchos años des- pués. Lo propio ha sucedido con el envío de Misioneros; se tomó el acuerdo y los religiosos no llegaron hasta años más tarde a las Misiones y otras veces no llegaron nunca. En todos estos casos de disparidad de fechas hemos to- mado la que nos pareció más segura, sin rebatir las otras, pues se hubieran repetido estas discusiones con demasiada frecuen- cia, haciendo pesada la lectura de estas noticias. Todo ceda en mayor gloria de Dios y honra y crédito de la Orden Franciscano-Capuchina, que tan ilustres hijos ha da- do a la Iglesia y al inundo. EL AUTOR.