BCCCAP00000000000000000000503

94 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Así mismo he dado orden para que se manden diez religiosos a esas Misiones, por cuenta de mi Real Hacienda, para que se ocupen en 1a reducción de los indios a nuestra santa fe Católica. He dispuesto, además, que no se permita a los Religiosos Mi- sioneros ocuparse en cosa alguna ajena a su ministerio, y que será bien que ellos mismos elijan sus superiores.—Yo, el Rey. (fecha ut supra) ". En vista de las precedentes Reales Cédulas, y recibidas las instrucciones y autorización del Reverendísimo P. Comisario General, procedieron los Misioneros de cada Misión a la elec- ción de los respectivos Prefectos. Los de Cumaná eligieron al P. Francisco de Puente, y los de Los Llanos reeligieron al P. Berja, al que sucedió después el P. Diego de Marchena. Por lo que hace a los diez Misioneros, no hemos podido hallar la lista de sus nombres; a juzgar por los documentos, deben ser los siguientes: Fr. Francisco de Puente, segundo via- je; Salvador de Casa Bermeja, Ildefonso de Zaragoza, Gabriel de Sanlúcar, Ignacio de Canarias, Francisco de Alcázar, Luis de Orgiba, Ambrosio de Baza, Félix de Artajona, Francisco de Jaca y Epifanio de Borgoña. Estos religiosos se repartieron en los dos centros de Mi- sión, recibiendo nuevo impulso las conquistas espirituales. Confirmado en la prelacía el P. Pedro de Berja, empren- dió con los jóvenes Misioneros nuevas fundaciones. Fué la principal la que hizo el P. Juan de Trigueros, en la jurisdic- ción de Guanare. Entró apostólicamente, sin escolta alguna, reduciendo mu- dios indios Guaraunos y Dazaros, los cuales, poco tiempo des- pués de poblados, se volvieron a los montes; hizo dicho Padre otra entrada con indios prácticos, con el fin de buscarlos, y los encontró sobre el río Guanare en una ranchería; pero no bien ellos habían visto al Padre, cuando huyeron inmediatamente a esconderse en los bosques. 5. En una de estas excursiones del P. Trigueros, tuvo lu- gar el martirio de uno de los indios que le servían de intér- pretes. Este indio, de santa memoria, verdadero mártir de la fe, se llamaba Juan Granados, y fué el primero que, por la doctri-