BCCCAP00000000000000000000502

c1on compuesta por Jesús vemos cómo perdonar a los de– más es condición indispensable para que Dios no perdone a nosotros. Examinemos nuestra realidad familiar, social, política y profesional. No brilla en ella el sentido cristiano del per– dón. Hay entre nosotros: - hombres dominados y sometidos por otros hombres; - naciones que esclavizan a otros países y desprecian a sus moradores; - padres e hijos, hermanos y hermanas, reñidos, disgus– tados, incapaces de hablarse; - situaciones de injusticia y oprobio fomentadas por unos pocos contra las mayorías marginadas. Deberíamos saber que somos simples administradores de los dones que Dios nos confió de la misma manera que El fue generoso al enriquecernos, así deberíamos nosotros sa– ber perdonar, comprender y ayudar a los demás. Perdonar exige salir de uno mismo, vencer muchos obs– táculos, principalmente el orgullo. Pero es la acción m~s claramente cristiana que podemos llevar a efecto. Porque tener el hábito de saber perdonar es dar a entender que he– mos llegado a una situación de verdadera justicia interior y de una gran riqueza espiritual. Y si nos cuesta perdonar, recordemos que también los otros se ven prndsados a perdonarnos muy frecuentemen– te. PREGUNTAS PARA EL DIALOGO - ¿Me cuesta aceptar la sentencia del ,Señor de perdonar siempre? - ¿He meditado sobre lo que significan la& palabras del Padrenuestro de perdonar para ser perdonados? 97

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz