BCCCAP00000000000000000000502

te humillación. Se adelanta a la petición para brindar de ese modo a sus ofensores la posibilidad de cambiar de acti– tud. Esta postura es, ciertamente, exigente, pero imprescin– dible en todo cristiano auténtico. Saber perdonar es ayudar al que ha cometido la maldad o caído en el error a exami– nar su estrategia, a reconsiderar su daño. Para llegar a esta concepción del perdón es necesario aprender a renunciar al derecho de "réplica". Qios no tiene en cuenta las ofensas que se le hacen, cuando podría con ellas hundir más al hombre en su miseria. El no quiere la condena, sino la salvación. Del mismo modo, el cristiano debe buscar, ante todo, la conversión y el cambio del per– verso, para que deje de obrar el mal y aprenda a caminar por las sendas del bien. Este sentido del perdón tendrá prácticas repercusiones en la sociedad, ya que la generosi– dad muda las malas intenciones y corrige la acción desho– nesta, mientras que la justicia aplicada a ciegas confunde más al injusto y lo inclina a desórdenes mayores. El que guarda rencor por no saber perdonar atrae sobre sí mismo la amargura y el desasosiego. Es más, obligará a Dios a ser severo en su sentencia, ya que El mismo dijo que seríamos medidos con la misma medida con que tasáramos a los demás. Leamos detenidamente la parábola con que concluye Mateo el capítulo dieciocho y veremos cómo el que no sea capaz de perdonar a los demás, no tendrá dere– cho a ser un día perdonado él por Dios. Sucedió prácticamente ayer. Un hombre había sido acu– sado de un delito grave que jamás había cometido. Precisa– mente el culpable era su acusador. El reo inocente tenía pruebas para demostrar su inocencia y para hundir al acu– sador. Sin embargo, y en virtud de su fe cristiana, exhibió las que lo demostraban inocente y se calló las que podían acabar con la libertad del otro. Al poco tiempo, el verdade– ro culpable se vio obligado a confesar, por remordimientos de conciencia, su propia culpabilidad. El Padrenuestro dice: "Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". En esta ora- 96