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26. Perdonar ... ese es el secreto "Entonces se llegó Pedro a él para preguntarle: Serfor, ¿cua"ntas veces tengo que perdonar a mi hermano, si es que me ofende? ¿Hasta siete veces acaso? Jt?sús le respondió: Yo te digo: no hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete" (Mt 18, 21 ). Es muy propio del ser humano guardar rencor a quien le ha ofendido o faltado en algo. Y aun cuando llegue a per– donar siempre quedará en su mente el recuerdo de las ma– las acciones. Pedro, buen representante del hombre apresu– rado, pregunta a Cristo cuántas veces ha de perdonar, co– mo indicando que en este asunto la paciencia humana tie– ne un límite. Cristo se muestra absolutamente generoso con los peca– dores porque es consciente de que: - el ser humano será defectuoso hasta la muerte; - el cristiano debe estar siempre en camino de perfec- ción, pero nunca será absolutamente perfecto mien– tras viva. Santo en verdad sólo es Dios. Jesús es más generoso aquí que los mismos hombres. Y desgraciadamente sigue siendo así. Muchos teólogos y mo– ralistas, y muchos confesores también, son más exigentes con los que caen que el Señor. El perdón debe ser contínuo e incondicional porque Dios, ofendido en todo momento por el hombre, sabe per– donar con largueza y siempre. La primera palabra de Cristo en la Cruz es perdonar a quienes le han llevado a semejan- 95

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