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¿Pagar impuestos al Templo? "Luego que llegaron a Cafarnaún, se presentaron a Pedro los que iban cobrando la didracma anual y le preguntaron: ¿ Vuestro maestro no paga la didracma?" (Mt 17, 24). San Mateo es el único que nos dice cómo Cristo se so– metió al cumplimiento de las leyes judías, haciendo hin- en la posición siempre privilegiada de Pedro. Los que cobran el impuesto ignoran que Cristo es el Hijo de Dios, por eso se dirigen a El como a cualquier ciudadano deseoso de cumplir con sus obligaciones de culto y para el culto. Cristo, por otra parte, sabe que el templo judío ya no tiene sentido, toda vez que El es el verdadero Templo de Dios. todas formas acata la fey y así evita escándalos y malos ejemplos. Sabía que la sinagoga era la casa de todos los ju– díos, el lugar donde se conocían las Escrituras y donde se adoraba al Señor, mediante ritos y sacrificios. Pero había también que los verdaderos adoradores han de entregarse personalmente al Señor y no suplir esta consagración in– dividual por inmolaciones de anil.11ales o el ofrecimiento de limosnas. Para Cristo era bueno el tributo que había que pagar al templo, pero no debía ser, en ningún caso, motivo para sentirse liberado todo compromiso con el Señor. Es de- la limosna era conveniente, pero debía ser ofrecida co– mo una prolongación de la fe en el Señor y la confianza en la comunidad, nunca como un descargo de conciencia. Dios acepta los dones materiales que tienen como finali– dad construir y embellecer los templos, o alimentar a los sacerdotes del culto, pero no justifica sólamente por ellos a quienes los ofrecen. · 89

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