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16. El yugo de Cristo "Vengan a m( los que se sienten cargados y agobiados, porque )'O los aliviaré. Carguen con mi Cruz y aprendan de mf, que soy paciente de corazón y humilde, y sus almas encontrarán alivio, pues mi yugo es suave y mi carga es ligera" (Mt 11, 28). El legalismo de los fariseos era esclavizante. Obligaban a los demás a someterse al cumplimiento rígido de las leyes, pero ellos las burlaban con astucia. Hasta tal punto había llegado esta "sumisión" a las normas que el sábado (día del Señor para los judíos) era dueño del hombre y no al revés, como Cristo afirmó. En principio, heiJ1os de decir que todo sistema de "fabri– cación" humana tiende a esclavizar si no se vigila o "criti– ca". Conocemos algunas organizaciones 'humanas e incluso algunas sectas religiosas (orientales, testigos de Jehová, Moon... ) que exigen a sus afiliados una total obediencia, sin posibilidades de diálogo. Los fieles, en este caso, se fa– natizan de tal forma que llegan a perder todo sentimiento y el sentido de la propia personalidad. En nuestro mundo, estamos todos un poco alerta sobre el alcance y la precisión de la ciencia y de la técnica. Sabe– mos de sociedades donde los seres humanos se han dejado manipular por las máquinas. No son pocas las empresas y organizaciones cuya única meta es llegar a dejar al hombre sin salidas para mejor atraparlo y dominarlo. Toda organización política, social, deportiva, económica o cultural exige a sus miembros un cumplimiento riguroso 63
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