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15. Seréis perseguidos "Mirad que os envlo como ovejas en medio de lobos; sed, pues astu– tos como serpientes, y sencillos co– mo palomas. No os fiéis de los hom– bres, porque os c¡itarán ante los tri– bunales del Sanedrln y os azotarán en sus sinagogas. Por mi causa os llevarán ante los gobernadores y re– yes" (Mt 10, 15). Los discípulos de Jesús, al salir a predicar por todo el mundo, sabían muy bien que iban a encontrarse con el re– chazo de los judíos de la diáspora y con el de los pueblos paganos. No dudan de que serán llevados a la cárcel e inclu– so a la muerte por defender y predicar el nombre de Jesús. De hecho casi todos ellos murieron martirizados. Pero Jesús, desde el momento mismo en que les da la or– den de predicar a todos los pueblos, les promete su asis– tencia, por medio del Espíritu Santo, que los acompañará, los fortalecerá y en su nombre podrán realizar signos y prodigios. Jesús les dice únicamente que: - Sean prudentes y sencillos. No deben fanatizarse. Han de suspender su misión cuando son abiertamente rechaza– dos, e irse a otro lugar. No deben desafiar· las iras de sus enemigos que harían peor daño a la causa del evangelio. Han de proceder siempre con sencillez, exponiendo sus convicciones con claridad y persuasión, fi~ndose más de la fuerza de la Palabra que de su propia autoridad. - No deben preocuparse por el fracaso. No es bueno perder la paz. Hay que saber esperar el momento más propicio. No es fácil que se pueda sembrar y cosechar de 60

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