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9. Ser sal J" luz en el mundo "Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve desabrida, lcon qué se le puede volver el sabor? Ya no sirve para nada, sino para echarla a la basura o para que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo. .. No se enciende una lámpara para apa– garla" (Mt 5, 7 3-17). El evangelista usa de dos preciosas metáforas para expli– car la vocación apostólica que debe tener todo bautizado, a semejanza de su Maestro, Cristo. En el A.T. la sal sintetiza– ba las relaciones del pueblo israelita con Yavhé. Los sabios llegaban a decir que la ley era para el judío como la sal para comida. Sin ella resultaría insípida, del mismo modo que el hombre sin ley es propenso al desenfreno, al desorden y al mal ejemplo. El cristiano será sal de la tierra cuando haga tomar gusto a los demás por la Persona y el Mensaje de Jesús. Debe atraer a los otros con su ejemplo. Su alegría y su satisfac– ción por la posesión de la Verdad deben contagiar. Del mismo modo su fe ha de brillar en medio del mundo para iluminar a los que viven en sombras y tinieblas. Nues– tra pequeña luz, unida a la de todos los que pertenecen a la comunidad cristiana, debe ser como poderosa antorcha que guíe a los transeuntes hacia Cristo, evitándoles todo peligro y poniéndoles abiertamente frente a la Luz Divina. Los discípulos de Cristo, con su ejemplo y con su fe, de– ben iluminar, con la luz del evangelio, las estructuras y las leyes. Su eficacia será plena cuando la ciencia, la técnica y la sabiduría humana en general, salvando la autonomía que 42

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