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ce y obra como Dios, desconcertando a sus oyentes y espectadores. Por eso hemos dicho que sólamente es comprensible a la luz de la fe. Esta fe debe entender– se como una aceptación libre y voluntaria de su Per– sona y su Obra, que han de inspirar nuestra vida y nuestro pensamiento; - Ser cristiano, o discípulo fiel de Cristo, significa creer ante todo en El. Es decir, aceptarle por lo que ya nos ha mostrado (su obra, sus frutos .... ) y por la seguridad de lo que nos mostrará. No es, por lo tanto, una fe ba– sada en lo que me enseñan, en lo que veo en los otros, sino una fe basada en Cristo como inspirador y autor de toda obra buena en sus discípulos, en su Iglesia, en m1 mismo. PREGUNTAS PARA EL DIALOGO - ¿Creo en Jesús de Nazareth como Hijo df Dios? - ¿Estoy plenamente convencido de que el Hijo de Dios hecho hombre puede cambiar mi vida? ¿Sci distinguir la Persona y la Obra de Cristo de la per– sona y obra de sus seguidores? ¿Siento a Cristo como algo personal, como a alguien concreto que actúa en mi vida?