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'- como Salvadur, prolongado en su Iglesia, es lo que desani- ma a muchos. A otros, en cambio, les induce a la entrega total. Carlos de Foucauld decía: "Yo quiero estar contigo. Vivir solamente contigo. Quiero imitarte, identificarme contigo". El propósito de Mateo al describir la genealogía de Jesús es probar que es descendiente de David; que en El se han cumplido las promesas de un rey mesiánico; que es "semi– lla de Abrahám" que trae las bendiciones de Dios a todos los pueblos (Génesis 12, 3). Pero Mateo no puede convencer a sus lectores de que Je– sús, hecho hombre, es el Hijo de Dios. Presentado el perso– naje no queda otra alternativa que, libre y responsablemen– te, aceptarle o rechazarle. De hecho, la mayoría del pue– blo judío se escandalizó de la pretensión divina de Jesús, "el hijo del carpintero", y muy pocos le recibieron como Hijo de Dios y como Salvador. Algunos, como María Magdalena, llegaron a creer en El porque tenían mucho amor y Jesús los amó hasta perdo– narles todos sus pecados. La entrega a Jesús fue incondicio– nal y en virtud del amor, porque comprendieron de inme– diato su papel, su "misión" de amor. Otros, como Judas, le rechazaron porque su Persona, su obra, no coincidía con sus puntos de vista. Por eso es necesario saber que: - Jesús no es sólo hombre, es también Dios. Este hecho trasciende la inteligencia humana y exige un acto de fe personal; - Jesús no será comprendido racionalmente, al menos en toda su integridad. Para llegar a El es necesario usar de algunos medios especiales: oración, amor al prójimo, vinculación a la comunidad ... - Jesús interpela al hombre, pero nunca le obliga a se– guirle y aceptarle. El paso debe darlo uno por propia decisión; - Jesús es razonable, pero no puramente "racional". Se presenta como hombre en todo igual a los demás hombres, menos en el pecado. Pero, a la vez, se ofre- 15

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