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enseñar y evangehzar para que los cristianos lleguen a una fe madura y evangélica. Cristo promete su asistencia a esta iglesia suya hasta el fin de los tiempos. Los católicos creemos también en la Iglesia como Una Santa, Católica y Apostólica. Sabemos que fue fundada por Cristo (ella y no otra), para alcanzar la perfección y ser el redil al que entren todos los discípulos de Jesús. Los apóstoles y sus sucesores (Papa y obispos) serán los encar– gados de ejercer sobre ella la potestad de gobernarla, ins– truirla y perfeccionada. La Iglesia, por lo tanto, es la comunidad de los creyentes en Cristo, bajo la legítima autoridad del sucesor de Pedro, el Papa. En esta Iglesia hay obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. Todos unidos han de lograr que el Evangelio sea co– nocido por todos los hombres y que los bautizados se santifiquen a través de los medios que la misma Iglesia ofrece. Todos en la Iglesia debemos sentirnos útiles y necesa– rios, ya que todos hemos sido invitados por Jesús a predi– car su evangelio de salvación. A cada uno le corresponde anunciar el evangelio de Jesús. Debemos ser muy conscientes de nuestra pertenencia a la Iglesia. Aunque no entendamos muchas de sus determi– naciones hemos de permanecer unidos a ella, ya que Cristo depositó en su seno su mensaje y es ahí donde se encontra– rá siempre en toda su pureza. No debemos ser cristianos pasivos, sino críticos. Podemos dialogar con nuestra jerar– quía, incluso manifestar respetuosamente ante ella nues– tros puntos de vista, que pueden diferir de los suyos, pero siempre con el sano deseo de unir más los pareceres. Los hombres que "gobiernan" la Iglesia más directamen– te (Papa, obispos, sacerdotes... ), son seres humanos como nosotros, pero han sido llamados por Dios para desempe– ñar los ministerios de la misma. Hemos de colaborar en todo con ellos. La Iglesia Católica ha permanecido siempre unida a su Pastor, el Papa, y por eso ha evitado las divisiones que se 126

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