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nes, discípulos, sermón de la montaña). La segunda (8, 1-11, 1) nos revela la realización del Reino, que da ori– gen al carácter misionero de la Iglesia. Jesús predica incan– sablemente y pide a sus discípulos que continúen su obra apostólica. La tercera (11, 2-13, 58), habla del Reino en su dimensión mistérica. Es dirigido, en definitiva, por Dios. Se plantea el problema del mesianismo de Jesús y se nos dice que sólo los "pobres" lo comprenderán. Los "perversos" (los fariseos ... ) sólo tendrán c01:::o signo de su mesianidad su muerte y Resurrección. La cuarta (13, 54-19, 1) insiste en que el Reino se realizará en la historia y dentro de la co– munidad cristiana. Es el evangelista que más recalca la pri– macía de Pedro (anda sobre el agua, hace su profesión de fe, realiza un milagro .. ). La quinta (19, 2-26, 2) aclara có– mo se destruyó el templo (el mundo del A.T.) para dar paso a la era de la Iglesia. Esto queda perfectamente resal– tado en tres hechos: el matrimonio volverá a su primer es– tado, los paganos podrán entrar en la comunidad cristiana por el bautismo, la jerarquía quedará formada por el Cole– gio de los Doce. También destaca Mateo el hecho de la Resurrección, que es el principio de la redención humana y de la resurrección de todos los justos. Mateo coincide con los otros evangelistas en señalar que: Cristo vino a destruir el pecado y a ser guía y camino para las ovejas perdidas (1, 21; 4, 14); la Pasión y la Resurrección son los medios a través de los cuales Cristo realiza la redención del género huma– no. El "da su vida como rescate" (20,28) y' derrama su sangre para la redención de los hombres y la remi– sión de los pecados (26, 28). - es rechazada por Israel y como consecuencia Dios re– pudia al pueblo infiel. Lo más característico y trascendental de Mateo es, con tl,do, el haber depositado su fe en la Iglesia como conti– nu'ldora de la obra de Jesús, presidida por sus pastores y formada por la congregación de todos los fieles. Por esn

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