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28.. ¿:Rico y Cristiano? "Sí quieres ser perfecto, dijo/e Je– sús, vende todos tus bienes, dalo to– do a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos. Luego sfgueme. Al oír esto, el joven se retiró apresurada– mente, porque era persona quepo– sefa muchas riquezas" (Mt 19, 21). El joven que se le presentó a Cristo era un fiel cumpli– dor de la ley. Desde niño había sido buen practicante ju– dío. Pero de ningún modo permitía que su fe cuestionase sus muchas posesiones. Quería de las comodida– des que le proporcionaban sus riquezas y de la seguridad interior que le ofrecía la fe. No debemos olvidar que, según la concepción del A.T. la prosperidad era signo del favor Dios. Por lo mismo aquél joven debió sentirse frustrado y confuso ante el apre– cio que Cristo tenía de la pobreza. El Señor, con la valo– ración de la pobreza, quiere dar a entender a sus discípulos que la salvación no es obra del esfuerzo humano, sino don gratuito de Dios. El hombre colabora, se supera, pero la úl– tima palabra está siempre en manos de Dios. Claro está que Dios ayuda a quien se ayuda y ayuda a los demás. Con el hecho del joven rico Cristo no intenta decir que la riqueza sea mala, ni la pobreza un bien. Simplemente ad– vierte que la primera puede ser un obstáculo para entrar en el Reino de Dios y la segunda una oportunidad estupenda para dedicarse a otros intereses superiores. La riqueza que se cuestiona aquí serfa: - la del que la goza sin haberla merecido, simplemente como fruto de ganancias ilegítimas, de explotación in– justa o de robo; 102

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