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NOCHE DE PAZ Belén, ciudad de David, lugar de idilio y de égloga, se halla a unos siete kilómetros al Sur de Jerusalén. Su nom– bre significa casa de pan. Es una pequeña población que se alza mejestuosa y bella sobre dos colinas de mediana elevación. La rodean olivos, higueras y viñedos. Por sus contornos se extienden :fértiles campos, po,r donde se ven pastores guardando sus ganados, y sencillos labriegos culti– vando sus tierras de pan llevar. En la llanura que la cir– cunda pueden contempla¡se ubérrimas mieses, unas veces como verde mar y otras como mar de oro. Cuando el trigo se ha segado, aparecen las rastrojeras, por donde se adi– vinan las huellas de Rut la espigadora. Era el mes de diciembre. El campo reverdecía hú– medo por las lluvias otoñales. Numerosos forasteros se acercaban a la ciudad de David a empadrona¡se. César Augusto, orgulloso de su vasto imperio, en un período de paz, quiso hacer el censo de sus habitantes. Censo que, en Palestina, fue llevado a cabo por Quírino Gobernador de Siria, y que debía hacerse en la ciudad o población de origen. Una joven pareja subía, en la tarde invernal, la cal– zada que conducía a Be1én. E¡an Maria y José que habían dejado el reposo de su casita de Nazaret para cumplir la 16