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GOLPE DE ARTI~TA Inesperadamente sale Jesús de Cafamaúm donde ha-– bitualmente residía obrando prodigios y p,redicando su celestial doctrina. Ya no le sigue la turba que estaba siempre en acecho de sus correrías apostólicas, deseosa de escuchar sus palabras de vida y participar de sus fa– vores. Tan sólo le acompañan los doce. El rostro del Ra– bí Nazareno refleja una profunda tristeza. En Galilea han rechazado su divino mensaje. Hacía algún tiempo que los escribas y fariseos fra– guaban contra El asechanzas; aunque el pueblo seguía entusiasmado con sus milagros y predicaciones. Mas el dis– curso pronunciado en la sinagoga de Cafa,rnaúm sobre el Pan de la vida causó una enorme decepción. Jesús se ve incomprendido, despreciado, rechazado como enviado de Dios. Las gentes del pueblo se alejaron de El. En esta crisis dolorosa, Jesús buscó desahogo para su corazón en el aislamiento y en la intimidad con sus após– toles. Partió de Galilea y se dirigió, atravesando montes y cruzando valles, al país pagano de Fenicia donde se hallaban las ciudades de Ti¡o y de Sidón, famosas por sus telas preciosas. Allí entre arboledas se alzaban tem– plos dedicados a diversas divinidades. En esta región po- 158