BCCCAP00000000000000000000501
E inmediatamente les lanza este dilema al que no pueden replicar: -· ¿Qué es más fácil decir: «Perdonados te son tus pecados», o decir: «Levántate y anda?» Luego, vuelto al paralítico, sublimemente sereno y ma– jestuoso añade: -Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados se dirige al paralítico -, yo te digo: «Levántate, toma tu camilla y ve– te a tu casa». Al momento, con toda naturalidad, el paralítico se levantó ágil, alegre, rebosante de salud, tomó su camilla como si fuera un juguete y se fue a su casa glorificando a Dios. La emoción era incontenible; el pasmo se re1lej aba en todos los rost.ros. Un santo temor invadía los corazo– nes de todos y glorificaban a Dios, diciendo: Jamás hemos visto tan grande maravilla. Los enemigos de Jesús guardaban silencio confusos y recelosos. Después se alejaron cabizbajos. Jesús dulcemente sereno caminaba hacia el lago. 102
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz