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52 CÁNDIDO DE VIÑAYO, O. F. M., CAP. Y como el amor se muestra con el sacrificio, Jesús se sacrifica por sus ovejas. Lo manifiesta :Él expresamente, diciendo: «Doy mi vida por mis ovejas». Esto lo decía poco antes de su muerte. Con esto quería indicar que ya estaba dispuesto para el sacrificio total. Su vida será ofrendada en la cruz por la salvación de sus ovejas. Ya no cabe mayor amor. Jesús no mira ni ama tan sólo las ovejas de su pueblo. Su mirada y su amor alcanza a todos los mundos y a to– dos los siglos. Ve a todas las almas redimidas con su sangre y por todas ellas quiere dar su vida. No desea sino salvarlas a todas y congregarlas en su redil. Y así dice: «Tengo otras ovejas que no son de este aprisco, y es preciso que yo las atraiga, y oirán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor». Las palabras de Cristo habrán de tener un día su cum– plimiento. La Iglesia es su rebaño. Ella irá extendiéndose por todo el universo hasta que llegue a su plenitud. En– tonces Cristo, su único Pastor, las apacentará y les dará pastos de vida eterna. JESUS, FUENTE DE VIDA Texto evangélico Yo soy la resurreccwn y la vida; el que cree en Mí, aunque muera vivirá; y todo el que vive y cree en Mí, no morirá para siempre (Jn. 11, 25 ). Ambientación del texto Se hallaba en Betania, enfermo de gravedad, Lázaro, amigo de Jesús. Sus hermanas, Marta y María, cifraron su confianza en el Maestro amigo y le comunicaron la triste nueva esperando que se compadeciera de aquella desgracia y se llegara a curar a Lázaro. Mas Jesús, al pa– recer, no hizo caso de su ruego y no acudió a ver al en– fermo. Este murió y fue depositado en el sepulcro.

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