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40 C\~DIOO DE Yl'.';XYO, O. F. M., CAP. tra inteligencia para esclarecerla. Vida que es misteriosa participación de la misma vida de Dios. Hombres envueltos en miles de errores, que sentís en el alma un frío de muerte: si queréis luz y vida para vuestro espíritu y para vuestro corazón, no tenéis más que seguir al que es la Luz del mundo, Cristo Jesús. Él bañará vuestra alma de divina claridad y os llevará por la senda que conduce hasta la mansión donde la luz y la vida son inmortales. · JESUS, PAN DEL CIELO Texto evangélico Yo soy el pan de vida (Jn. 6, 35). Ambientación del texto Al día siguiente de la milagrosa multiplicación de los panes y los peces en el desierto, Jesús regresaba a Cafar– naúm. Pronto la multitud se dio cuenta de su regreso y se reunió en la playa donde desembarcó Jesús. Él, dán– dose cuenta del egoísmo que aquellos hombres abriga– ban en sus corazones, les hizo ver que le buscaban por– que les había dado de comer. Esto le dio motivo para elevar un tanto sus miras y pensamientos. En concreto, les habla ahora de un manjar que da la -vida eterna. Sus oyentes recuerdan el maná que dio Moi– sés a sus padres en el desierto. Aquello, según ellos, era pan del cielo, y el multiplicado por Jesús era pan de ce– bada. Mas Jesús les afirma que el maná no era. en ver– dad pan del cielo. Era algo material, formado en las nu– bes, y por tanto podía considerarse como terreno. Hay, según Jesús, otro pan que es el que les da el Padre. Este es el verdadero pan del cielo. «El pan de Dios-les dice-es el pan que bajó del cielo y da la vida al mundo". Aquellos hombres, sin alcanzar el sentido de las palabras de Jesús, mostraron deseos de participar de

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