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AUTORREfRATO Dr CRISTO 21 mos de elevarlos y dirigirlos. También, como Jesús, de– bemos saber decir con toda verdad: « Yo no soy de este mundo». Mas si como los judíos, que rechazaron el mensaje de Jesús, nos empeñamos en ser del mundo, en vivir con– forme a sus locos deseos, en seguir las directrices que el mundo da a sus seguidores, nos pondremos en trance de merecer la repulsa dada por Jesús a los judíos: «Mori– réis en \'7.lestro pecado». Lejos de nosotros la vida mundana que nos aparta de Jesús y nos pone en peligro de ser rechazados un día por Aquel que no era del mundo y no quiere que lo sean sus seguidores. Hemos nacido para el cielo y a Él debemos aspirar todos los días de nuestra vida caminando tras las huellas de nuestro divino Modelo, Cristo Jesús. JESUS ES EL PRINCIPIO Texto evangélico Le preguntaron: ¿Tú quién eres? Y Jesús les respon• dió: Os dije que soy el Principio (Jn. 8, 25). Ambientación del texto Se hallaba Jesús en el atrio de las mujeres, cerca del Tesoro del Templo. Disputaba con los judíos resolviendo de modo admirable las objeciones de ellos. El diálogo fluía con gran viveza. Jesús les declara ser el Enviado de Dios. Ante todo afirma con toda claridad que es la luz del mundo. Luego hace ver su origen divino. Él viene del cielo. Por tanto, no es de este mundo. Las obras realizadas por El ante el pueblo están proclamando su unión con el Padre que le ha enviado. Pero los judíos cierran sus ojos a la realidad. Las pa– labras de Jesús eran algo así como uha provocación para ellos. Según su errado parecer, cuanto Jesús decía no me-

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