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AUTORRETRATO DE CRISTO 153 Jesús les contesta con una frase sobremanera expre– siva en que nos descubre cuanto Él era para sus discí– pulos, lo que es para la Iglesia y para todas las almas que a Él se entregan, y así les dice: ¿Pretendéis acaso obligar a ayunar a los amigos, mientras tienen al esposo en su compafüa en el banquete de bodas? Tiempo vendrá en que se marche el esposo y entonces ayunarán. Muchas enseñanzas se encierran en este hecho evangé lico. Mas queremos ante todo hacer resaltar uno de los nombres u oficios más hermosos que Jesús se da a Sí mismo. Y es el de esposo. Es un bellísimo matiz de su autorretrato. Reflexiones. Jesús es esposo. Su esposa es la Santa Iglesia. El mís– tico matrimonio de estos dos amantísimos esposos tuvo su iniciación al aparecer Jesús en el mundo para predicar su doctrina y predicar el reino de Dios. Este matrimonio llegará a su culminación cuando el reino de Dios llegue a su consumación y el triunfo de Jesús sea completo y eterno. La permanencia de Jesús en la tierra vino a ser como una fiesta de bodas. Los apóstoles eran los amigos de este divino Esposo, que le acompañaban y participaban de sus amabilidades. En la boda no debe haber tristeza ni dice bien el ayuno, sino que todo debe ser regocijos y cánticos. Era justo que mientras Jesús vivía con sus dis– cípulos, éstos se alegrasen y se regocijasen, dejando de guardar los ayunos no preceptuados que observaban los discípulos de Juan y los fariseos. Ya vendría tiempo en que Jesús se ausenta.se, y entonces habrían de hacer peni– tencia para merecer la gracia y la recompensa del cielo. El que Jesús se llame Esposo tiene su fundamento en las Sagradas Escrituras. En algunos libros del Antiguo Testamento la unión de Dios con su pueblo se expresa con la imagen de santo matrimonio. Esta imagen la ha– llamos principalmente en Oseas, en Ezequiel, en el Sal– mo 44 y, sobre todo, en el Cantar de los cantares, que es

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