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AUTORRETRATO DE CRISTO 143 sima Trinidad son los efectos del amor de Cristo. Es que Jesús es Dios, y amarle es abrigar en el corazón la divina caridad que llega a transformar al hombre en Dios. LA ORACION EN NOMBRE DE JESUS Texto evangélico En verdad, en verdad os digo: Cuanto pidiereis el Pa– dre os lo dará en mi nombre. Hasta ahora no habéis pe– dido nada en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido (Jn. 16, 23-24). Ambientación del texto En cualquier época de su vida se presenta Jesús como perfecto Maestro de la oración. Él enseñó a orar con su ejemplo. Oraba en ocasiones ante el pueblo; oraba en presencia de sus discípulos, y sobre todo oraba en la so– ledad. Muchas noches las pasaba en la oración. Enseñó a orar con breves sentencias y con expresivas parábolas. Un día en que sus discípulos le vieron en oración se acer– caron a Él pidiéndole que les enseñara a orar. Jesús les dictó la oración más bella que ha podido brotar de labios humanos: el Padrenuestro. Por las lecciones del Maestro, los Apóstoles ya podían saber dirigirse al Padre celestial. Pero en el Cenáculo se propone enseñarles un nuevo modo de orar, que es pedir o suplicar al Padre en nombre de Jesús. Por eso les dice: En verdad, en verdad os digo: Cuanto pidiereis al Padre os lo dará en mi nombre. Has– ta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea cumplido. Es de notar la ocasión en que Jesús les exhorta a orar en su nombre. Mientras Él vivía con ellos, podían acudir a Él pidiéndole su ayuda en cuanto habían menester. Así lo hicieron en la tempestad del lago. Pero ahora va a mo– rir y después subirá al cielo. Mas en su ausencia, v1v1en– do en el cielo, hará de Mediador entre Dios y los hom-

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