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126 CÁNDIDO DE VIÑAYO, O. F. M., CAP. Reflexiones En verdad que sería impresionante escuchar aquella exclamación de Jesús a la entrada del Templo ante la mul– titud allí reunida para celebrar fiesta tan solemne. Aun ahora, con sólo leerlas en el Evangelio, nos conmueven el corazón. Estas palabras de Jesús tienen actualización en todos los siglos. Jesús es la fuente del agua viva. Agua Yiva que ofreció a la Samaritana junto al pozo de Jacob y que continúa ofreciendo siempre a todas las almas. Agua viva que es capaz de saciar por completo las aspira– ciones del corazón del hombre, siempre ansioso de feli– cidad, porque es agua que salta hasta la vida eterna. Agua viva que corriendo por el alma puede transformar inte– riormente al hombre para hacerlo hijo de Dios y heredero del reino de los cielos. Jesús también ahora nos repite estas palabras de pro– fundo significado: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El, en todo tiempo, va reiterando el ofrecimiento de su agua viva. Es uh regalo magnífico con que Él desea enriquecernos el alma y saciarnos el corazón. Es una pro– mesa en gran manera consoladora para el hombre que Ya por el desierto del mundo desfallecido de sed. Y en el mundo no hay más que aguas pútridas y cenagosas que en vez de aliviar la sed, no hacen más que avivarla. Todos los hombres, en realidad, son unos pobres se– dientos que se sienten desfallecer. Tienen sed de verdad, de justicia, de paz, de amor, de felicidad. Y esta sed tan sólo puede apagarla Jesús. Él lo está deseando y no hace más que brindarnos su agua. Él vuelve a decirnos ahora: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que beba de esta agua no voh-erá a tener sed, porque es agua que salta hasta la vida eterna. No tendrá sed del agua insípida que corre por la tierra. Su alma, su corazón, su espíritu, no ansiarán más que los bienes del cielo. El agua de Jesús, según expresamente lo indica San Juan, es el Espíritu Santo que Jesús envió a sus apóstoles y que sigue infundiendo en el corazón de los fieles cris– tianos. El Espíritu Santo viene a nosotros por medio de