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AUTORRETR\TO DE CRISTO 109 bre el alma como el rocío sobre el campo agostado por 12. sequía estival. Si alguno le ofende, le ofrece el perdón. Si alguien se aparta de Él, le sigue con su mirada henchi– da de amor y aguarda con paciencia su retorno. Está muy lejos de parecerse a los maestros orgullosos e iracundos que enseñan con soberbia y reprenden con ira, y por eso se les teme y se les huye. Jesús es manso y hu– milde de corazón. Esto llena de confianza el alma y nos anima a nuestro acercamiento a ÉL Su humildad y mansedumbre son los irresistibles atractivos con los que Él quiere llevarnos a Sí, a fin de que estemos pendientes de las palabras que brotan de sus labios. Que no tema acercarse a Él ni el pequeño ni el miserable, porque Él es humilde y se complace en reci– bir en su escuela al que parece más digno de desprecio. Que dude en escu.char su voz el ignorante, el pecador, porque en vez de reprenderles con ira no hará sino diri– girles palabras dulcísimas para que comprendan su error y aborrezcan su pecado. Jesús desea recibir a todos en su escuela. Con todos muestra una paciencia inagotable, y para todos tiene frases de perdón, de consuelo, de amor. Lo más consolador es que en esta divina escuela de Jesús se puede gozar del más dulce reposo. Lo dice Él mismo en estas palabras, que añade a las dichas: Y ha– llaréis descanso para vuestras almas. Este descanso que Jesús promete es la quietud, la paz del corazón. Todos los hombres buscan la paz; pero mu– chas almas no la encuentran, porque la buscan donde ella no esta. En los ruidos y agitaciones del mundo y de la vida. La paz sólo está en Jesús y Él únicamente puede comu– nicárnosla. Y Jesús nos da la paz si nos acercamos a :Él, escuchamos sus lecciones de vida y las ponemos en prác– tica. Y hallaréis descanso para vuestras almas. Por último, para animarnos a escuchar sus lecciones de vida, Jesús completa su pensamiento, diciendo: «Por– que mi yugo es suave y mi carga ligera». El yugo de Je– sús es su ley evangélica. Es una ley de amor y además Él nos da abundancia de gracias para que podamos guar-