BCCCAP00000000000000000000500

AUTORRETRATO DE CRISTO 105 descifrable: ... El Hijo del hombre será entregado a los gentiles, y escarnecido, e insultado, y escupido, y después de haberle azotado, le quitarán la vida, y al tercer día resucitará. Aquellas palabras de Jesús eran para sus discípulos ininteligibles. Tal vez creyesen que .aquello era una de tantas panibolas que habían oído de labios del Maestro No les cabía en la cabeza que Él pudiera tener un fin tan trágico. Reflexiones Es verdaderamente impresionante lo que Jesús ha– blaba de Sí mismo subiendo por última vez a Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua. Él sabía la tragedia que allí le acaecería en breve. Por eso la predice. Cuenta su porvenir corno ya sucedido. No obstante, sigue su ca– mino resuelto y animoso. Se adelanta a sus discípulos, que, acobardados, retardan el paso. Parece que lleva prisa de verse en el suplicio y morir en él. Dos anhelos profundos le impulsan a caminar a la muerte. Anhelos que han embargado su corazón toda la vida, y son : el de hacer la voluntad del Padre celestial y el de obrar la re– dención del mundo. Estos ardientes anhelos nacen del amor, que es lo que da alas para realizar las más grandes empresas. Jesús ama al Padre y no desea otra cosa que glorificarle. Jesús ama a los hombres y se enciende en ansias de redimirlos con su preciosa sangre. Para dar cumplimiento a este doble amor es preciso que suba a Jerusalén y que cami– ne a la muerte. Su Pasión es el bautismo de sangre por el cual no ha dejado de suspirar durante toda su vida. Por eso bien podemos afirmar que desde que vino al mundo no ha hecho otra cosa que volver su mirada a la ciudad, donde había de ser entregado a los gentiles, escar– necido, escupido, azotado, crucificado y muerto. Su vida no fue más que una continua ascensión al Calvario, un constante llevar la cruz. Aquella cruz enorme y pesada, de madera, que cargó sobre sus hombros camino del Gól·

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz