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tú quieres, yo ·le·vantaré aquí tres tiendas : una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»·. Todavía estaba El hablando, cuando una nube lumi– nosa los ·Cubrió con su s01ribra; y •de la ,nub·e salió esta voz: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. A El debéis obedecer». Los discípulos, al oír esto, -cay.eron rostro, ·e-n tierra y tuvieron gran miedo. Pero J-esús, ac·ercándqse a ,ellos, les tocó y ·dijo: «Levantaos y ho temáis». Y cuando ellos levantaron los ojos, no vieron a nadie más qu,e a J·esµs. · .· Cuando bajaban 1 del monte, J.esús les hizo esta ,pr·ohibición: «No con– téis a nadie :esta visión, ·hast_a que el Hijo del ho·mbre resu·cite de entre los muertos (:Mt 17, 1-9). · De esta ·manera m·ostró Jesús a. sus predilecto$ la gloria que tenía como Hijo de Dios y que tambiién correspondía a su cuerpo. Esto de- 1nostr•aba ·que sus padecimientos y su muerte los tomaba voluntariamen– te para salyarnos d·e los p·ecados. )¡ 6. JESUCRISTO PAG.A EL TRIBUTO AL TE,MPLO. Cuando Jesús y sus -discípulos llegaron a ,Cafa;rnaúm, 1 Se presentaron a P-edro 10 1 s cobradores d·el tributo ,qu,e todo israelita ·d·ebía pagar para el sostenimiento .del ,culto divino y que era ·conside·rado como algo pa– gap.o al mismo Dios. Y le •dijeron, ,quizás ·p·orque n·o se atrevían a hablar dir·ectamente co,n J.esús: «¿V•u•estro Maestro .no· .paga las didracmas?» Pedr·o contestó: «Sí las paga». Y · ent.ró en su casa, donde Jesús le dijo sin dejarle hablar .antes: «.¿Qué te par·ece, Simón?: Los r -eyes d·e la tierra ¿.de quién recib·en tributos o impuestos? ¿•D.e los propios hijos, o de los extraños?» Pero -respondió .: «De los extraños». J-esús -dijo enton·c•es: «iPor ,consiguiente, los hijo·s están e:x:entos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ·vete al mar, tira :el anzuelo, coge el prime·r pez que piqu·e, ábrele la bo·ca y encontrarás una estatera (mo– neda equivalente ·al dobl,e ·del i1npuesto anu~l del te·mplo). 1Cógela y ·dá– sela por mí y :por ti» (1Mt 17, 24-27). Jesús repetía así cómo El era Hijo ·(le Dios. Y también enseñaba a cumplir cosas a las que uno no está obliga~9, si es que .es necesario para evitar el escándalo. .·: l. Curación de la hija de la Cananea: En la región de Tiro y Sidón una cananea pidió a Jesús qtLe citrara a su hija. El no le hizo caso al principio y l,e dijo que no había que ec,har a los perros el pan de los hijos. La mitjer no se desanimó y replicó a Jesús que también los perros comen las migajas del pan de l~s hijos~ Ante fe tan grand·e, Jesús le concedió · zo que pedía. 74
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