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Nosotros hemos de recibir las enseñanzas d-e Jesús como la tierra buena, haciendo que produzca frutos . de .buenas• obras. 4. LA BUENA SEMIILA Y LA CIZAÑA. «Les propuso otra parábola: El R-eino -d-e los ci,elos es sem·ejante a un ho,mb·r-e 1 que •había 1 S 1 em,br,ad,o bu,ena ,semilla en 'SU campo·. Mientras su •g·ent 1 e dormí.a, vino su enemig,o· y sembró cizaña ,e·n medio d•el trigo y se fu-e. Cuando ,el trigo crieció y ·ap·ar 1 eció la ,espiga, ento,nc-es apare– ció también la cizañ 1 a. ,Los ,criados ,d 1 el dueñ-o ·d·e la ,casa vi,nieron a decirle: ' 1 S•eñor, ¿no s·embraste bu,ena s,emilla 1 en tu -campo? ¿-Cómo, pues, tiene cizaña'? El les r-espondió : 'Eso lo ,ha h•ec·ho algún •enemigo mío'. Los criados le p·reguntaron : '¿,Qui,eres ,que v.ayamos ·a ·arr,ancarla ?'. 'N,o-les ·respondió-, no sea ,qu,e, al •arrancar la -ciz·aña, ·a:,;ranquéis juntamient,e el trigo,. Dej,ad qu-e cr-ez·can las dos junta 1 s hasta la si,ega. Y al ti 1 empo d,e la si,e·ga diré a los ·seg·ador,es : R:ecoge·d primero la ci– zaña y atadla ,en ha·c·e·s pa·ra quemarla. En cu.anta al trigo, ].iecogedlo • en mis graneros». -L·a explicación ·de 1 esta parábola la •da también ,el mismo J·esú·s: «El que siem-bra Ia buena semilla ,es ,el Hijo del ,h,omb·~e; ,el campo es el mundo; la ,bu·ena ·semilla ·so•n los ,hij,os del llein-o; la cizaña, los hijos d 1 el míaligno. 1 El en,e·migo qu-e la siembra es el ,diablo; la si 1 ega es el fin d,el mundo y los •segado·res, los ángeles. Pu,es ,d-el mismo• modo que es recogida 'la 1 cizaña y •qu·ema,da en •el fu,ego, . así será el ,:fin ,d,e 1 l mundo. El ,Hijo ·del ·hombre mandará ·a sus ángeles, que ,quitarán de ,su ,Reino to,dos los escán,dalos y obra•do,res d,e ini,quidad y lo·s arrojarán al horno ardie·nte. Allí ,será 1 el llanto y ,el crujir de client,es. Ento·nces los justos brillarán ·CO·mo ,el so1 1 en ,el Reíno d·e su Padr-e. El que oye, entienda» (Mt 13, 24-30; 36-43). · Esta parábola nos enseña que en la Iglesia puede haber malos, que_ serán arrojados en el fuego del infierno si no se hacen buenos. 5. EL GRANO DE MOST.AZA. «·Les propuso -otra 1 parábola: El R,eino de los -cielos 1 es -sem•ejante a un grano de mo 1 staza 1que toma un homb~e y lo· s·i,embra en su campo. Es la más p·equ-eña ·entr•e todas las semillas; pero·, una v·ez qu.e se ha desa·rrollado, es la más grande· d,e todas las ho,rtalizas. Y llega a ha– oerse árbol, de ·modo, qu 1 e las aves d;el ,cielo vien•e·n a -posars,e en Jus ramas» (Mt 13, 31-..32). La Igles.ia empezó humildemente en Palestina; pero se llegó a hacer pronto la sociedad de mayor importancia que hay en el mundo. «Les dijo otra parábola: El Reino de los ,cielos es sem,ejante a un poco ·d·e fermento qu·e toma una mujer y lo m,ezcla co·n tr 1 es m,edidas de 1 harina, ·h.asta ,que to,do ·ha fermentado·» (Mt 13, 33). Así la palabra de· Dios penetra en los corazones invadiendo el mundo. 63

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