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Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque suyo es el reino de los cielos» (Mt 5, 3-10). Aun los mismos israelitas habían creído que la fuente de la felicidad se hallaba en la posesión 1 de los bienes te·rrenos, en el poderío, ·en el placer. Pero Jesucristo dice categóricamente que 1 la verdadera fel,icidad está: 1) N 10 en las riq_uezas, sino en el desprendimiento de los bi~es de este mundo. 2) ,No en la venganza iracunda de Jas injurias, sino en la mansedumbre. 3) No en la juerga loca, sino en llanto y compunción por los peca.dos. 4) No en el seguir el propio capricho en todo, sino en el deseo ardiente de cumplir la voluntad de Dios. 5) No en el d-esentenderse -de 1 las desgracias -ajenas, sino en el practicar con Jos semejantes las obras de misericordia. 6) No en dar satisfacción a todas las pasiones, sino en la limpieza de corazón que huye de toda .mancha moral. 7) ,No en luchar y derrotar al prójimo para someterle, sino en la dulzura de -una herm.andad que renuncia -a veces al -derecho propio para conservar la paz. 8) ¡No en estar en paz con los malos, sino en sufrir sus insidias y sus burlas. Cualqui,er otro camino llevará al fracaso et,eITio. 1 Lo dioe Jes,ús ame– nazando: I(< ¡Ay de vosotr·os, Ios ricos, por.que ya •habéis recibido vu,estro consuelo! ¡ Ay ·de v·osotros, los qu,e ,estáis hartos ahora, •p ·orqu,e pa·dece– réis h·am.bre ! ¡ ,Ay -de l,os ,que reís a¡hor-a, po·r ·que tendréis du·elo y llo– raréis! ¡ Ay, 1 cuando todo,s los ·hombres habJien bi 1 en -de vos 1 otros; 1 por,que así hacían sus antepasados con los falsos profetas!» (Le 6, 24-26). 4. PRINCIPALES ENSEÑANZAS DEL SERMON DE LA MONTA~A a) La perfección de la Ley: Dice J·esucristo .qu,e El no d,estruye la Ley dada por Dios a l,os judío,s, sin·o qu 1 e la per,f.e·cci,ona ,con su doctrin·a, ·d·eclarando su sentido espiri– tu·al: El mandamiento de no matar prohib.e también el odio y la irritación con- tra el prójimo. El mandamiento de no fornicar prohibe los deseos impuros del corazón. El mandamiento de no perjurar manda .que se diga sí o no sencillamente. El .amor cristiano se ha de extender a todos los hombres, hasta a los • • IDJ:smos enerrugos. b) Confianza en la Providencia divina: J,esús ¡,ecom,endó la confianza ,en Dios, que es nu,estro Padre y se pre– ocupa de n·osotros. 1 D-ecía en el sermón -de la Montaña: «·No os inquietéis a·nsiosamente por vuestra vida, p·ensando qué comeréis o qué .beberéis; ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el ·alim,ento y el cuerpo .que el vestido? Observad las aves del cielo. No siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin emba\rgo, vuestro Padre celestial las alimentá. ¿No valéis vosotros más que ellas? ¿Quién de vosotros, a fuerza de pensar, es capaz de prolongar un momento más su vida? Y acerca del vestido ¿por qué os preocupáis con tanta ansiedad? Ob-servad 52
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