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2. INSTITUCION DEL COLEGIO APOSTOLICO Jesús se retiró •p·ronto a 1 Galile-a, viendo una vez más la mala dispo– sición d·e los judíos principales d,e Judea. Allí continuó desarrolland~ su apostolado y se preocu·pó más de pre-parar discípulos que 1 difundie- ran despll'~·s su mensaj-e por el mundo. · Entre la m,ultitud de -discípulo,s Jesús hizo una s·elección de do•ce~– Este hecho tiene una im 1 portan,cia particular para la socie·dad religiosa que se iba formando ;en torno a Cristo. Así establecía una distinción de funciones y echaba el ñmdam·ento · d:e la Iglesia jerárquica. Lo cuentan San Mar•cos y San Lucas: Aco·nte·ció ,que salió ihacia la montaña para o-rar y pasó Ia 1 noche e·n oración a Dios. ·Cu~an 1 do .Jl,egó e1l 1día llamó :a lo1s ,discípulos y esco,gió a ·doc,e ·d,e ,ellos, para qu,e le acompañ·aran y para enviarlos a predicar con pod·e·r d,e expulsar a . los demonios, y les dio el nombre de apóstoles. Fueron éstos: Si1111ón Pe·dro, Andrés su hermano, Santiago el Mayor, Juan su hermano, Tomás, Santi 1 ago el Meno·r, Felipe, B ,a.rtolom'é, Mateo, Simó·n el 1 Celador o ,Cananeo, Judas Tadeo y Judas Iscariole, el traidor (Me 3, 13-19; ,Le 6, 12-16). Apóstol quiere -decir enviado, embaJador, que hace las veces de otro. De– cía un ,adagio judío 1 que «el enviado de un hombre es como- si fuera el mismo hombre». Jesús es el enviado •del Padre, y los apóstoles, los enviados d·e Jesús. Pedro •será el fun·damen·to de la Iglesia (,Mt 16, 18) y los do 1 ce te·ndrán poder de .atar y -desatar (!Mt 18, 18), recibiendo la misió•n ·de Cristo (Jn 20, 21). 3. EL SERMON DE LA MONTAÑA: LAS BIENAVENTURANZAS Se llama sermón de la Montaña a un discurso que pronunció Jesús en un montículo cerc·a de Cafarnaúm. :Fue inm,ediatam:eI?-t,e -d-espués d,e la ,ele·cción d-e los apósto1,es y el auditorio estaba fo:rm·ado po•r una gran multitud pro,cede·nt,e ,de toda P,al 1 estina. ·El ,discurso ·se ,e·n,cu 1 entra •en el Evangelio de San Mateo { capí– tulos 5, 6 y 7) y ,en él ·s-e rieún·e·n ·algunas ide·as ,de la do·ctrina d,e Cristo contrarias ,a las id,eas -del mun•do. Aunque no· contiene todo· lo esencial del mensaje evangélico, se le ha denominado justamente Carta Magna del Cristianismo. LAS BIENAVENTURANZAS: •Al principio del sermón de la Mont,aña propone J-esús su manera de concebir y conseguir la felicidad, por la que todos los hombres se afanan. «'Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra. Bienaventurados tos que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y se,d de justicia, porque ellos serán hartos. Bienaventurados los m-isericordiosos, porque ellos alcanzarán mise- ricordia. Bienaventurados los limpi,os de corazón, porque ellos verán a Dios. 51

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