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L11:ego llamó a S-antiago y Juan, lo-s hijos de Zebed-eo. Estos .d,ejaron a su pa·dr·e y a los •criados en la barca y s•e fu•er·o•n también tras J,esús (1Mt .. 18-22). Serían pescadores ·de homb,res ,pa-ra llevarlos .a la doctri•na ·de Jesús. Y como en las pesca milagrosa, ten·drían que contaJr siempre con la g.racia de Dios. , 3-, JESUS EN LA SINAGOGA DE NAZARET En sus •CO·rrerías apostólicas ·d,esde •Cafarnaúm, lLegó· J, es.ús una vez -a N.azaret, puebLo donde se había criado. Y llegan-do -el sábado, J·esús, co– mo ,de costu·mbre, fue ·a la sina-go,ga del pu,eblo. El jef~ qe la sinagoga, dada la fama r ·ecientemente adquirida por 1esús, le invitó a Ie:er un texto de la 1 Biblia y 1 a ·c•o·m,entarlo ante los asist,entes. J,es,ús, tomand•o 1 el rollo -del libro de Isaías, le-yó •el pasajie -siguie-nte: ~<·El •E·spfritu ,del Seño,r so,bre mí, po,rque m,e ·ha · consagrado; m,e ha en– viado a .p~·edicar la bu-e·na nu·ev.a a los p,o:bres, a anunciar a los •cautivos la libe-~ación, y el -don ,de la vista a los ciegos; ·a p·o·n•er en lib.ertad a los pprimido•s; a promulgar un año .de gracia del Señor». · Era 1 en-or1n,e la expecta•ción d,e los n·az-aretan,os •esper.a11•do la ·expli~ cación de Jesús y tenían los ojos· ·clavados en El. Ento,nc,es J,esús comen– zó diciendo: «Hoy se ha cumplido esta escritura, en vuestra presencia». Y ,continuó :aplicándose a sí mis·mo las palabras del profeta, dán·d.oles a entender que El era el ··Mesí.as. Su discurso fue tan extraordinario, que los oyentes se preguntaban con estupor, sin creer casi lo que veían: «¿No es éste · el hijo de José el Cfil1lintero, y de María?» · 1 P•ero J-esús les ·advirtió : «Me vais a aplicar., sin duda, este r-efrán : Médico·, cúrate a ti ·mismo. Haz aquí en tu tierra cuanto hemos oído que ·has hec·ho en 1Cafarn·aúm». Y añ·adió: «T•en 1 ed ·en cuenta qu·e nin– gun profeta tiene éxito en su patria». El estupor ·de sµs COlll).latriotas se cambió en odio al darse cuenta de que Jesús conocía sus malas intenciones. Se v<;>lvieron contra El por la fuerza .echándole del pueblo y le qulsieron arrojar ·por un des~ñadero. Pero J·esús pasó S-erenamerite p,or entre ellos y · .se marchó. Una v-ez más demostró sú po·d-er divin•o. 4. . CURACION DE UN LEPROSO En una ,ciuda 1 d 1 de 1 Galilea, cuyo nombr,e -no •Citan los evangelistas, se presentó ·a J·esús un ·hombre lleno de lepra. Se p•ostró ·ante El •diciendo: «:Señor, si quieres, p-µedes li;mpiarme». El, extendiendo la mano le tocó y le dijo: « 1 Quiero, sé limpio». ·y al instante quedó limpio •de su lepra. Jes,ús Ie advirtió: «.Mira, no lo ,digas !a nadie. •Pero v·ete a 1p 1 resentarte .al 1 sa·ce·rdote y ofr,eoe ,el presente prescrito por Moisés, para 1qu•e ellos .te.ngan qn testimonio». El hombr,e ;vecién. cura-do no pu·do co 1 nten,ers-e y divulgó lo. sucedido. .En ·c-onsecu.encia, J·esús pro 1 curaba no entrar en los poblados ·para evitar el -r,evuelo -de 1 las gente·s. Pero •de tod·~s P-é:!r~es venían ·a los parajes so_- 46

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