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de su alma para la vida ·eterna. Luego comulga también con la Sangre del cáliz. La comunión del sacerdote es complemento necesario del sacrificio de la Misa. b) Comunión de los fieles: La mejor participación en la Misa es co– mulgar en ·ella; y la mejor manera de comulgar es hacerlo dentro de la Misa, a no ser que haya alguna razón para hacerlo fuera de ella. S·e •recomien·da a los fieles que, de no co-mulgar sacram·entalmente, ha– gan al menos lo •que se ,llama co,munión espiritual y que consiste en f orm·u– lar interiorm·ente el •deseo viv,o de recibir al ,SeñoT en la Eucaristía. 4. ANTIFONA DE LA COMUNION Y ORACION POSTCOMUNION. a) •Después de la comunión, el sacerdote purifica y limpia sus de– dos y el cáliz con las ablucio•nes, pidiendo a ,Dios le ayude a conservar el fruto de la comunión. Va luego al misal, que está de nuevo en la parte derecha del altar~ y lee la antífona llamada Con1.1u·n·ión, por cantarse antiguamente durante la distribución de la comunión de los fieles. b) Postco,munión: Desde el centro dei altar el celebrante saluda a los fieles con el «D·o1m:inus vobiscum 1 ». Inmediatamente reza, leyendo en el misal, la oración Po,stco,munión. Es una oración que varía según la fiesta del día, aunque suele contener la idea de acción de gracias por el beneficio de la Misa y la comunión. El pueblo responde: Amén. . 5. DESPEDIDA, BENDICION AL PUEBLO Y ULTIMO EVANGELIO. Habiendo besado el altar ·en el centro, el sacerdote saluda por últi– ma vez al pueblo con el «Dom 1 in·us vobiSicum 1 » y dice: «Ite, Missa est» (Id, la Misa ha terminado). A esto se responde: «Deo gratias» (A Dios gracias), y todos esperan arrodillados a que el sac·erdote, ·después de una breve oración a la Santísima Trinidad y de besar el altar, concluya la despedida con su bendición. A ésta responden todos : Am 1 én. Todos de pie escuchan todavía la lectura del Principio del Sa.nto Evangelio según San Juan, doblando la rodilla a las palabras: « Y el Ver– bo se hizo carne y habitó entre nosotros». 6. PRECES FINALES. Después de las misas que no revisten alguna solemnidad especial, el sacerdote se arrodilla ante el altar y reza tres Avemarías, una Salve, dos oraciones especiales y termina con la jaculatoria: Corazón sac·ratísimo de Jesús, ten misericordia d.e no,sotros (tres veces). Estas preces, que no forman parte de la Misa, fueron prescritas por Leó·n XIII para rogar por la libertad ,de la Iglesia. San Pío X mandó aña,dir la jaculatoria Corazón de Jesús y Pío XI, ,después que la Iglesia llegó a un acuerdo co·n el .gobie·rno italiano, quiso se siguieran rezando por la conversión de Rusia y la reunificación de las iglesias separadas de Roma. · 153

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