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Tomando el pan ep. sus man~s., como Jesús, el sacerdote pronuncia las mismas palabras del Salvadqr: «·Esto es mi cuerpo». E inmediata– mente dobla la rodilla en señal de adoración y eleva la hostia para que los fieles la adoren. ,Lo mismo hace con el cáliz después de decir sobre él: <~Este es el cáliz de mi sangre, del nuevo y eterno testamento; (mis– terio de fe) : la cual será derramada por vosotros y por muchos para re– misión de los pecados». . -...Los fieles suelen J.?.lirar la hostia y el cáliz repitiendo las palabras de Santo Tomás apóstol: «Señor, mío y Di~s mío». El sacerdote eleva el cáliz '. 6. 1 OFRENDA. DE LA VICTIMA; MEMENTO DE LOS DIFUNTOS. . a.) Ofrenda de la víctüma: Después de la consagración y elevación, el ' sacerdote reza tres oraciones (Unde et memores, Supra quae, Supplices), que son una preciosa oblación de Cristo, hecho víctima sobre el altar, al Eterno Padre. Las dos primeras las dice con las manos extendi_das y la _segunda, pr:ofundamente inclinado sobre el altar, que besa en acata- .miento de la maJestad divina. · . · · b) Memento de los difuntos: Elevando las manos al cielo y juntán– dolas con recogimiento, el sacerdote ruega por los fieles difuntos, espe– _ci.almente por sus inte;nciones particulare§_ y por los que se aplica la Misa. Para ellos pjde el lugar del refrigerio, de la luz y- de la paz. 7. ORACION POR TODOS, PEQUEÑA ELEVACION. a) Oración por to,dos: Dándose un golpe de pecho, el celebrante su– plica al Señor que reciba a todos en compañía de sus santos, teniendo más en cuenta su misericordia que nuestros méritos. 150

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