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l. La oración del Huerto: Jesús se retiró al huerto de los Olivos a hacer oración después de la últin1a Cena. Co·nsternado ante lo ho– rrible de la m 1 uerte que le esperaba, rogó al Padre: «Si es posible, pase d'e m'í este cáliz; pero hágase tu vo1 1 untad y no la m'ía». De esta manera aceptaba morir por los hombres, a pesar de lo mru– c/10 que le costaba; durante la oración llegó a sudar sangre. Allí llegaron a prenderle los esbirros, dirigidos p 1 o·r el traido·r Judas. · 2. El p 1 rendimiento de Jes.ús: Judas les dio la señal de que é.l besaría a Jesús para que le distinguieran bien. Y así lo hizo·. Pero los esbirros se acobardaron ante la serena majestad de Jesús, ca– yendo a tierra cuando El les J?reguntó a quién buscaban. Jesús, en vez de huir, se entregó voluntariam,ente y le llevaron atado. Los apóstoles, atemorizados, huyero11. 3. Jesús ante Anás y Caifás: Pasando antes por la casa de An·ás, le !.levaron al tribunal de Caifás. Le hicieron un primer interroga– tprio q,l llegar y Jesús se ren1itió a lo que había enseñado· pública– mente. Un criado le dio un·a bofetada. Desp 1 ués le maltrataron, ven– dándole los ojos e hiriéndole. A primera hora de la mañana se tiLvo el1juicio f orm~l ante el Sanedrín. Des·p 1 ués que unos cuantos testigos falsos ,hicieron el ridículo, se le juzgó reo de m·uerte por decir que era Hijo de Dios y el Mesía$. 4. Negaciones de San Pedro: Pedro, después de p 1 rometer fide– lidad al Maestro cuando El anunció que le abandonaría, renegó de El por tres veces diciendo que no le conocía, no queriendo pasar . por discípulo suyo. Pero inn1Jediatamiente después se arrepintió. 5. Deses,peración y muerte de Judas: Judas, cuando vio que Jesús era condenado a muerte, sintió sobre sí el, remordimiento de su traición. Fue a acusarse ante los sacerdotes y a devolver el ditzero. Pero como no le hicieron 1 caso, en vez de p 1 edir perdón al Señor en su corazón, se suicidó ahorcándose. 1. Enseñanzas que encierra para nosotros la Oració11 del Huer– to de Jesús. 2. ¿.Qué nos advierte el hecho de las negaciones de Pedro? • 3. ¿1Fue lógica la desesperación de Judas o no debió desespe– rarse? ¿·Por qué? 117