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Vuelto a 1a turl;,a les dij,o: «¿Cómo a un ladrón habéis salido con espadas y garrotes -a prenderme? Todos los •días ine S•entaba en el tem– plo para ens-eñar y no me pren·disteis. ·P-ero to 1 do esto suce,dió para que se cumpliesen ,las 1 Es·c:riíturas d,e los p 1 rofetas». E,nton·ces to-dos los -dis 1 cí– pulo1~ le aban,donaron y huyeron. La cohorte y el tribrmo y los alguaciles de los judío,s se apoderaron de Jesús y le ataron. 3. JESUS ANTE ANAS Y CAIFAS. Antes de llegar a casa d,e Caifás, que e·ra enton:c-es Sumo· Sacerdote, presentaron ·a Jesús ante Anás, suegro ·de 1 Caifás y que do 1 m-inaba en éste y en .el Sane·drín. Le llevaro,n lu,e·go a Caifás, en cuya ,ca,sa se fue·r·o 1 n reu– nien-do lo,s miembros -del Saned,rín. Jesús, al ser interrogado por su doctrina y por sus discípulos, ·respondió: « Yo he hablado públicamente al ,mundo; yo he enseñado sie·mpre en Ja sina– goga y e·n el tem,plo, donde se congregan los judí-os, y no he hab,lado nada en privado. ¿Por qué me p,reguntas? -Pregunta a los oyentes qué les he ha– blado. Ellos saben bien qué les he ,dicho». Al -decir esto, uno de los criados del sacerdote le dio UJ11a -bofetada a J·esús, dicien-do: «¿Así respo•ndes al Pon– tífice?» P-e·ro Jesús le dijo: «Si h-e habládo mal, muéstrame en qué; si bien, ¿_por qué ,me p·egas?» (Jn 18, 20-23). 1 Mientras llegaba Ia mañana y se 1reunía el co:ns·ejo, Jesús quedó en poder de los alguaciles •del San-edrín y los criados del Sacerdote. Estos to-maron a J-esús co·mo objeto de esca.rnio y se p ,rop,usiero,n divertirse cruelmente a ,su costa. ·Le escupían en la ca·ra, 1le mal-trataban ·Y, ,después de vendarJe los ojos, le daban puñetazos y le herían en el rostro, preguntándole: «Profetízanos, Oristo, ¿-quién es el que te hirió?» A primera hor.a de la mañana se fuero.n reuniendo los miembros del Sa– ned,rín y se r -eanudó el int,errogato:riio. Para ·dar apariencia legal al proceso, se buscaron testigos falsos 1 que testimoniaron cosas co·ntradicto 1 rias. Al fin coincidieron •dos en a·cusar -a Jesús de haber -dicho· que po 1 día d-estruir el tem– p1lo d,e ,Dios y edificarlo en tres ,días. EJ Pontífice dijo ,ento·nces a Jesús: ¿«Qué respon,des a .est 1 0 que testifican contra ¡ti?» ,Pero Je·sús se calló. En to.no solemnie le conjuró el Su,mo. ·Sacer.dote .a responder si El era ,e,I ,M,esías y 1 les co,ntestó en estos términos: «tSi os lo dijere, no 1ne creeréis, y si o·s pr·eguntare no respon,deréis. P,ero, el Hijo ·del hombre estará se,ntado desde ahora a la ·diestra •d·el po 1 der 1 de· 1 Di'os» (1L ,c· 22, 67-69). En este mom,ento dijeron todos : «¿Luego tú eres el Hijo1de Dios.?» Jesús respondió s,e·re,na y tajanteniente: «Voso 1 tros decís que yo soy» (Le v. 70). Entonces el Pontífice rasgó sus vestido-ras diciendo: «¡Ha blasfemado ! ¿ Qué necesidad tenemos y-a de testigos? Mirad, vosotros acabáis de oír la blasfemia. ¿ Qué os p·arece ?» « ¡ Reo es de muerte ! », res– póndieron ellos. Mas, co-mo el condenar a muerte dependía prácticamente del goberna– dor romano, ·se fuer,on co•n J es,ús a Pilato. 4. NEGACIONES DE SAN PEDRO. El apóstol P,e·dro s-entía un amor iinp·etuo·so por J,esús. Cuando el Señor a·nunció en la últim·a Cena ,que iba a mo,rir y que to•do,s J.e aban– do·narían, P,e-dro aseguró: «iPreparado estoy para ir contigo no sólo a la 115