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.Seguramente ,que muchos pensaban asistir entonces .a la inauguración de un reino glor.ioso en el que Israel iba a ,ponerse a la cabeza del mundo. Jesús, sin embargo, ·sabía bien •que aquel.lo era ,el principio d-el fin. Jesús entra triunfalmente en Jerusatén 2. JESUS LLORA SOBRE JERUSALEN Y ARROJA DEL TEMPLO POR SEGUNDA VEZ A LOS NEGOCIANTES. Al dar vista a Jerusalén d,esde lo ·a-lto del mo-nte -de los Olivos, surgió el pano-rama -de la ciuda·d con la mole del temp·lo resplandeciente de oro· y mármoles. Jesús conocía la su 1 erte futura de la ciudad incrédula y lloró al co~ ·templarla, exclamando: « i ,Si conocieras tan1bi,én tú en este día lo que trae la paz! Pero ahora se ha ocultado a tus ojos. V·endrán días pa-ra ti, en ·que tus ,en,emigo•s te ro,de·arán co•n parapetos, te ase-diarán y acosarán ·por todas partes y te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por no h~ber cono·cido ,el tiempo de la vis-itació:n que se te hacía» ( 1 Lc 19, 42-44). 1Cuando Jesús entró en el templo, echó de allí a los que vendían y comp.ra – ·ban-como ya había hecho otra vez al principio de su vida pública-derriban– .do las mesas . de los ca·mbistas y las sillas de los que vendían las palomas. Y no dejaba que nadie lleva·ra utensilio alguno a través del te·mp.Jo. Y dijo: .«¿1No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todos los ·pueblos? Pero vosotros habéis hecho de ella una guarida de ladrones» {·M•c 11, 15-17). Los niños se congregaron en torno a El y comenzaron a aclamarle otra vez: .« ¡,Hosanna al Hijo de David!» Los sacerdotes y escribas se indignaron y pro– ·testaron ante Jesús: «¿No oyes lo que éstos dicen? Sí, les respon,dió; pero ¿no habéis leído nunca este texto: De la boca de los infantes y de los que todavía maman, te has procura·do alabanza?» {Mt 21, 15-16).