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pies y las ,manos con vendas y envu·elto el rostro en un sudario. Jesú·s le·s dijo: «D,e·satadlo y d·eja,dlo caminar». Mu-chos ju.días d.e lo.s que acompañaban a María, viendo lo que había hec·ho, creyeron en El. Mas algunos se llegaron a los fariseos ·par~ co,ntar lo qu-e J-esús ha·bía h·echo (J[l 11, 1-46) San Juan escoge el rndlagro de la resurrección de Lázaro para ense– ñar cómo Jesús e·s la resurrección y la vida y cónio esta afirmación, hecha sensible . en el :milagro, es un motivo de fe en Cris,to para los hombres sencillos que achniran el poder del Señor; mientras que ,es un motivo de envidia para los fariseos y sacerdotes judíos, que, llevados del odio, se deciden a tenninar violentamente con Jesús. 6. LA CONVERSION DE ZAQUEO Jesús -e.ntró en Jericó y comenzó a cruzar la ciudad. U·n homb·re, lla– mado Zaqueo, .que •era jefe de 1 pubiicanos y con ·mu,cho ,dinero, int,entaba ver quién er-a Jesús y no lo lograba a causa .del gentío, pues era ·de ·c·orta estatura. Se adelantó corriendo y s·e subió a un sicomoro para verlo, pues .debía pasar por allí. ·Cuando Jesús llegó a aquel lugar, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja ,p-ronto, porque hoy tengo que ·,hospedar:rne en tu casa». Bajó a rtoda prisa y lo recibió ·gozo,so. Vien·do esto, murmuraban todos, 1 diciendo: «Fue -a •hospedarse en casa 1 de un pecado'r». Zaqueo, de pie, ,dijo ·al Señor: «Mira, Señor, voy a .dar la ,mita·d de mis -bienes a ·los pobres y, en c·aso -de 1 que :haya ,defraudado a ·alguno, le devolveré ·cuatro veces más». Jesús le contesto: «Hoy ha llegado la sal– vación a esta casa, porque tan1 1 bién éste es hijo de Abrahmn, ya que el Hijo del hombre ha venido a buscar y s·alvar lo que estaba perdido» (1Lc 19, 1-10). 7. LA UNCION DE BETANIA El ·último sábado -de su vida asistió Jesús a un banquete en Betania en casa .de Simón el leproso. María, la her:rnana ,de ¡Lázaro, un-gió la c·ab,eza ·de J,esú•s con un costoso ungüento. Esto enojó ·especialmente a Judas, que hubiera pr-eferid·o ven– der el perfume y mete·.r así más dinero en ,su bolsa. Otros -d,ecían que se podía h·aber vendido· para .dar ,su ,p,r~ecio a los pobres. · Pero Jesús alabó aquella acción, diciendo: «¿Por qué molestáis a esta ntujer? Ella ha hecho tma buena obra comnigo. Porque a los pobres les tendréis siempre con vosdtros, pero a DlÍ no me tendréis siempre. Al derramar este un·güento perfumado sobre md cuerpo, lo ha hecho para preparar :mi sepultura» (Mt 26, 10-13 ). 91
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