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renuncia a cualquier tipo de poder o prestigio social, político o eclesiás– tico. Nuestra opción de pobres voluntarios nos debería hacer especial– mente sensibles a las diversas situaciones de pobreza de los demás. Pero no sería coherente que nos acercáramos a ellos de un modo paternalista y benéfico. Se trata de ser solidarios desde nuestra propia pobreza. d.) SENTIRSE HERMANOS El contexto social en que vivió Francisco facilitaba la compren– s10n del grupo como Fraternidad; cosa que no ocurría en el siglo XVI. La ausencia de lo que hoy entendemos por igualdad o democracia y la vivencia de una espiritualidad intimista hacían prácticamente impo– sible que los primeros Capuchinos pudieran entender plenamente lo que significaba ser y sentirse hermanos franciscanamente; no obstan– te lo vivieron a su modo. Dentro de esta aparente tosquedad y en términos de "caridad evangélica" hablan de que "congregados en el nombre del dulce Jesús, haya entre ellos un solo corazón y una sola alma, esforzándose siempre por tender a una mayor perfección. Y para que se acrediten de verdade– ros discípulos de Cristo, amense cordialmente , soportando los defectos el uno del otro, ejercitándose siempre en el amor divino y en la caridad fraterna, esforzándose de continuo por edificarse con el mutuo ejemplo, incluso haciendo violencia a las propias pasiones y viciosas inclinacio– nes..." A pesar de estas dificultades supieron sacar conclusiones prácticas configurando una Fraternidad con las menores desigualdades posibles. Relativización los convencionalismos de precedencia,jerarquía, exenciones y todo lo que indicara desigualdad en el grupo. En los primeros decenios gran parte de los superiores locales eran hermanos legos, y ellos iban como delegados a los Capítulos, hasta que el Concilio de Trento puso fin a esta práctica. La sociedad actual nos permite releer mejor que la del siglo XVI lo que significa la fraternidad franciscana. En este sentido, la Fraternidad no es un simple grupo espiritual , ni de amistad ni de trabajo, sino una familia de hermanos convocados por el Señor y movida por el Espíritu, en la que cada uno puede ser él mismo y manifestar confiadamente al otro su necesidad. Es decir, que el núcleo fundamental de nuestra Fraternidad lo constituye las relaciones interpesonales. 12

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