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Pues ]os bautizados son consagrados como casa espi– ritual y sacerdocio santo por la regeneración y por la un– ción del Espíritu Santo. Todos los cristianos han de ejercer su sacerdocio común en uni– dad con Cristo : ofreciendo a Dios el sacrificio de sí mismos, especial– mente asistiendo a la oblación de . la Eucaristía y recibiendo los sacramentos; - en ]a oración y acción de graóas; - siendo testimonio de Cristo en la abnegación y caridad operante. Pero el sacerdocio ministerial, de quienes reciben el sacramento del Orden, participa de una manera peculiar del único sacerdocio de Cristo: El sacerdote ordenado posee una potestad y una ;erar– quía que no es común a los fieles cristianos, si bien se ordena al servicio espiritual de los mismos. De los presbíteros o sacerdotes dice el Concilio Vaticano II ~ «Aunque no poseen la cumbre del pontificado y en el ejercicio de su potestad dependen de los obispos, sin embargo están unidos con ellos por el honor del sacerdocio (ministerial) y, en virtud del sacra– mento del Orden, son consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento para - predicar el Evangelio, - apacentar a los fieles y - celebrar el culto divino». Los fieles que no han recibido la ordenación sagrada ni han in– gresado en el estado religioso, reciben el nombre de Laicos, a los cuales pertenece por propia vocación buscar el reino de Dios tratan– do y ordenando, según Dios, !.os asuntos temporales. 94 - El apostolado de los laicos es la participación en h misma misión salvífica de la Iglesia. a cuyo apostolado to– dos están llamados por el mismo Señor en razón del bau– tismo y de la confirmación. - A los laicos incumbe santificar el mundo desde den– tro , descubriendo a Cristo a los demás mediante la virtud del Evangelio que ha de brillar en su vida cotidiana, fa. miliar y social.
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