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- ción en la que Cristo es piedra angular, casa de Dios, (emplo santo del que somos piedras vivas, esposa inmaculada de Cristo por la que El se entregó, etc. Pero la figura más usada por San Pablo y ~n la que la Tradición de la Iglesia más se ha fijado es la de la cabeza y el cuerpo. La Iglesia es el Cuerpo místico de Cristo y Cristo es Cabeza de la Iglesia. «Todos nosotros hemos sido bautizados en un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo ... , el cuerpo de Cristo» (1 Co 12, 13). El Concilio Vaticano II subraya la significación vital de la so– ciedad con Cristo: «Es necesario que todos los miembros se asemejen a Cristo hasta que El quede formado en ellos (cf. Gl 4, 19) ... Peregrinos todavía sobr~ la tierra y siguiendo sus huellas en el sufrimiento y en la persecución, nos unimos a sus padecimientos como el cuerpo a la Cabeza, padeciendo con El, para ser con El glorificados (Rm 8, 17). Reali?:ando la verdad en la caridad creceremos por todo hacia El». 5. CONSTITUCION JERARQUICA DE LA IGLESIA También en la edificación del Cuerpo de Cristo hay variedad de miembros y de funciones. Entre todos sobresalen los apóstoles, a cuya autoridad se subordinan todos los fieles, incluso los que hayan reci– bido las gracias más extraordinarias (cf. 1 Co 14). El Concilio Vaticano II declara que Jesucristo, eterno Pastor, edificó la Iglesia santa enviando a los apóstoles como El mismo ha– bía sido enviado por el Padre (T n 20. 21 ). Y quiso que los sucesores de éstos, es decir, los obispos, fuesen pastores en su Iglesia hasta la consumación de los siglos. Jesús constituyó a los apóstoles a maria de colegio o grupo esta– ble (Le 6, 13), y al frente de ese colegio puso a San Pedro, eligién– dole de entre ellos mismos (Jn 21, 15, 17). Y les confió la misión de - enseñar: «Id, pues, enseñad a todas las gentes>i (Mt 18, 28). «El que a vosotros oye, a Mí me oye» (Le 10, 16); - santificar: bautizando (Mt 28, 19), celebrando la Euca– ristía (Le 22, 19), perdonando los pecados (J n 20, 21-23); 91