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os digo, cuanto hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hic1steis". Entonces dirá tam– bién a los de la izquierda: "Apártaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber..." Entonces responderán tam– bién ellos diciendo: ''Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sedzento ... y no te asistimos?'' Entonces les responderá diciendo: "En verdad os digo; cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo lo de– jasteis de hacer". E irán éstos al tormento eterno; mas los justos, a la vida eterna» (Mt 25, 34-46). Dialogo y Rep450 · l. <_"Cómo hri de entenderse el dicho de Jesús de que no fue enviado al mundo para juzgar al mundo? (In 3, 17). 2. De una maravillosa pintura del rostro de Cristo dijo Goethe: «No puedo soportar más la mirada de esos ojos». ¿Por qué sería? 3. ¿_·Haz,¡ algún motivo para que la esperanza en el juicio de Dios pueda causar alegría? V -------------------------------- LECTURA Santa Pelagia fue una de las mayores oecadoras del mundo. ¿Cómo se convirtió? ¿Y cómo llegó a hacerse santa? Escuchad atentamente: Predicaba en una iglesia de Antioquía a una gran multHud el obispo San Nono, y la predicación versaba sobre el juicio universal. Entre la gente que oía la divina palabra se hallaba también Pelagia; pero no había ido allí p1n oír la pabbra de Dios, sino para llamar la atención y hacer las veces del diablo. El predicador, encendido el rostro y con lágrimas en los ojos, hacía ver el rigor de la divina justicia y grit1ba: «Os espero en ese gran día, ¡ oh pe– cadores endurecidos! Os espero en aquel examen, en aquel juicio, ¡ oh des– honestos escandalosos!» Todo el pueblo estaba conmovido;· se oían fre– cuentes sollozos y se veían muchas lágrimas. Pelagia sintió desoedazársele el corazón; cubrió sus ojos con el velo y, temblorosa, romnió en un mar de láqrim1s de contrición. Terminado el ser– món, corrió a hacer una buena confesión general de sus enormes pecados; luego, vuelta a su casa. se quitó sus ornatos, se cortó los cabellos. vistióse de saco y fue a un desierto a hacer penitencia. 69

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