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muerto con la esperanza del Mesías antes de que por los mé– ritos de Cristo pudieran entrar en el Cielo. Entonces les anun– ció la Redención y la proximidad de su entrada en la gloria. El cristiano se une a la muerte y sepultura de Cristo muriendo al pecado y al egoísmo para resucitar a la vida del Señor. 6. POR QUE JESUS QUISO PADECER TANTO Después del pecado no hay amor sin sufrimiento, pues el sufri– miento es testimonio de desinterés, de que no se ama por egoísmo. Y por eso Jesucristo quiso mostrar con sus terribles sufrimientos y su muerte el infinito amor de Dios a los hombres. El. mismo había dicho: <<Nadie tiene más amor que éste: dar uno la vida por sus amigos» (J n 15, 13). La pasión y muerte de Jesús muestran al mismo tiempo la terri– ble gravedad del pecado. 7. RESURRECCION Y ASCENSION Jesús, conforme con lo que había predicho, uniendo de nuevo su alma con su cuerpo, resucitó glorioso al tercer día para nunca más morir. He aquí el relato evangélico de San ·Mateo: «Pasado el sábado, ya para amanecer el día primero de la semana, vino María Magdale– na con la otra María a ver el sepulcro. Y sobrevino un gran terre– moto, pues un ángel del Señor bajó del cielo y acercándose removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Era su aspecto como el relámpago y su vestidura blanca como la nieve. De miedo de él tem– blaron los guardias y se quedaron como muertos. El ángel, dirigién– dose a las mu_ieres, dijo: "No temáis vosotras, pues sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí; ha resucitado, según lo había dicho. Venid y ved el sitio donde fue puesto. Id luego y decid a sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos y que os pre– cede a Galilea; allí le veréis. Es lo que tenía que deciros" ... Mientras iban ellas, algunos de los guardias vinieron a la ciudad y comunicaron a los príncipes de los sacerdotes lo sucedido. Reuni– dos éstos en conseio con los ancianos, tomaron bastante dinero y se lo dier9n a los soldados, diciéndoles: Decid que "viniendo los dis– cípulos de noche le robaron mientras nosotros dormíamos". Y si llegase la cosa a oídos del procurador, nosotros le aplacaremos y es– taréis seguros. Ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había dicho. Esta noticia se divulgó entre los judíos hasta el día de hoy» (Mt 28, 1-7, 11-15). 62
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