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3) La concupiscencia o inclinación al pecado, que mueve a bus– car el propio placer sin atender a la voluntad de Dios. 4) Torpeza de entendimiento, cayendo fácilmente en el error, y debilidad de voluntad para obrar el bien. 5) Necesidad de sufrir y, finalmente, de morir - con gran repug– nancia de la naturaleza- : Todas las calamidades por que pasa el mundo y cada hombre particular, tienen como origen el pecado original. La · distinción entre el castigo del pecado de Adán y del pecado original en sus descendientes está en que Adán fue despojado de lo que tenía, mientras que a los demás no se les dan esos dones ex– traordi narios; ·y, sobre todo, que Adán y Eva se hicieron merece– dores del infierno, mientras que los demás hombres que mueran con sólo el pecado original, aunque no entrarán en el cielo, tampoco se– rán arrojados en los tormentos eternos del infierno. Dialogo y Repaso 1. La posibilidad de pecar ¿es sólo un mal tremendo o es en cierto modo un bien? 2. «El pecado merma al hombre, impidiéndole lograr su pro– pia plenitudn. ¿Cómo entiendes este dicho del Concilio Vaticano II en la constitución sobre la Iglesia en el mun– do actual? 3. ¿Cuál fue el don más valioso perdido por Adán? LECTURA El sollozo del Sabara Cuando en una noche clara y estrellada p2sa una brisa sobre el desierto del Sahara y las arenillas se rozan, parece que se oye el gemido de una fiera gigantesca, mortalmente herida·. (( ¿Lo oís? - dice el guía árabe a la carava– na-. El desierto llora. Se lamenta de haberse convertido en árido desierto; llora por los jardines floridos, por los al;mndosos campos de trigo, por los frutos sazonados que lo llenaban un día, antes de convertirse en desierto árido y quemado». También. las aflicciones de la humanidad desierta de la gracia son el la– mento por el paraíso perdido; con la diferencia de que Cristo ha hecho posible transformar nuestra desgracia en un vergel aún más lozano unién– dolas a su cruz. 53